⚠️ SPOILER – La Promesa – Capítulo 610 AVANCE (jueves, 5 de junio): Eugenia desaparece con Andrés
En el esperado capítulo 610 de La Promesa, la tensión alcanza su punto más álgido cuando una tragedia sacude el castillo de los Marqueses de Luján. El bautizo del pequeño Andrés, que debía ser un día de celebración, se convierte en el escenario de una pesadilla. Eugenia ha desaparecido misteriosamente y lo ha hecho llevando consigo la pistola del difunto Capitán de la Mata… y al niño.
Todo comienza cuando Adriano, el arquitecto que había traído esperanza a Catalina, es herido de un disparo por la espalda en plena iglesia. La escena, un reflejo cruel de la que vivió Jana en el pasado, desata el caos. Catalina, destrozada, intenta salvarlo desesperadamente mientras el miedo se extiende entre los invitados. ¿Quién disparó? ¿Fue Eugenia? Las sospechas se multiplican, los secretos se agitan en las sombras.
Mientras tanto, en La Promesa, se descubre la ausencia de Eugenia. Las criadas notan su desaparición justo antes del bautizo, y pronto se revela que también ha tomado el arma. Las piezas del rompecabezas comienzan a encajar: una rosa marchita sobre su mesilla, el olor a pólvora, la frialdad de su habitación. Jana confirma los peores presagios.
El horror se materializa cuando Emilia, temblando de pavor, alerta a todos: Eugenia está en lo alto de la torre con el bebé en brazos, al borde del abismo. ¿Pretende saltar con él? El tiempo corre y Curro, hijo de Eugenia, se lanza desesperado en su búsqueda, mientras la Guardia Civil ya ha sido llamada.
Paralelamente, los dramas personales continúan. Martina confronta a Jacobo por su ausencia y se lamenta del desmoronamiento de su familia. En medio del desconsuelo, Catalina culpa a Curro por no haber impedido la creciente inestabilidad mental de su madre. Su rabia es visceral: lo responsabiliza del atentado contra Adriano y del peligro que corre el pequeño Andrés.
El capítulo se sumerge en una espiral de emociones desgarradoras: culpa, traición, desesperación y un dolor que parece irreparable. La figura de Eugenia, atrapada entre el amor distorsionado por su nieto y su frágil cordura, se convierte en el epicentro de una posible tragedia que amenaza con destrozar a todos los personajes. Y mientras el castillo entero contiene el aliento, el destino de Andrés y el futuro de La Promesa penden de un hilo.