Cristóbal revela su secreto: Ángela es su hija en La Promesa
En el palacio de La Promesa los rumores ya no son simples cuchicheos de pasillo: se han transformado en un vendaval imposible de detener. Lo que empezó como un murmullo entre cazuelas y cubiertos sobre la cercanía sospechosa entre doña Leocadia y Cristóbal, pronto se convierte en un escándalo que amenaza con derrumbar la estabilidad de toda la casa.
María Fernández es la primera en descubrir que las sospechas eran ciertas. Un beso robado entre la institutriz y el mayordomo jefe, presenciado por Simona y Candela, confirma lo que tanto se intentaba negar: llevaban años ocultando un vínculo prohibido. Lope, cansado de humillaciones y decidido a desenmascarar la hipocresía, se atreve a enfrentarse a Cristóbal en público, acusándolo de mantener un romance a espaldas de los marqueses.
Pero esa revelación, por sí sola, no es más que la antesala de un secreto aún más devastador. Una partida de nacimiento olvidada en el tocador de Leocadia cae en manos equivocadas y destapa una verdad que nadie estaba preparado para asumir: Ángela, la joven criada protegida con tanto celo por la institutriz, es en realidad la hija de Cristóbal.

El hallazgo golpea al mayordomo como un rayo. Años de rigidez y disciplina se desmoronan en un instante, sustituidos por la furia y el desconcierto de un hombre que descubre que ha sido padre en secreto durante toda una vida. La rabia contra Leocadia, a quien acusa de haberle arrebatado la oportunidad de criar a su propia sangre, se mezcla con un sentimiento tardío y desesperado de querer reclamar lo que es suyo.
El estallido no tarda en llegar. En el momento más inesperado, cuando el marqués Alonso irrumpe exigiendo respuestas por los rumores que ya recorren los pasillos, el secreto se desvela frente a todos: Ángela no es solo una criada, ni tampoco solo la protegida de Leocadia. Es hija de Cristóbal, nacida de una pasión clandestina que durante años se mantuvo bajo llave.

La Promesa, que siempre fue un hervidero de secretos, se convierte en un campo de batalla de miradas, traiciones y verdades imposibles de enterrar. El poder del marqués se tambalea ante el engaño que se ha tejido bajo su propio techo; los criados, testigos mudos de la conspiración, sienten que forman parte de un juego mucho más peligroso de lo que imaginaban.
Las preguntas se agolpan como cuchillas:
- ¿Conseguirá Cristóbal sobrevivir al escándalo y mantener su puesto en la casa?
- ¿Podrá Leocadia proteger a Ángela del peso de una verdad que amenaza con destrozar su vida?
- ¿Y cómo reaccionará el marqués Alonso, al descubrir que la joven que servía bajo su techo es en realidad el fruto de un secreto capaz de derrumbar el honor de la familia entera?
La revelación marca un antes y un después en la historia del palacio. Porque cuando las máscaras caen y los papeles olvidados hablan, no hay silencio capaz de contener la tormenta que se avecina.