LA PROMESA… IL PASSATO E’ TORNATO PER UCCIDERE: IL DUCA LISANDRO NON PERDONERÀ…
🕯️ SPOILER | Capítulo reciente de La Promesa
En la más reciente entrega de La Promesa, el verdadero rostro del poder queda al descubierto: no es el oro ni el linaje, sino el miedo que impone y el silencio que obliga. Una inquietante visita sacude la rutina de la finca cuando una majestuosa carroza negra irrumpe en la tranquilidad. A bordo llegan el duque Lisandro Carval y el conde Uventes, sembrando un clima de tensión que paraliza a sirvientes y nobles por igual.
En los corredores ornamentados de La Promesa, la ansiedad se vuelve casi tangible. Se murmura de inspecciones, represalias y castigos. Pero un nombre resuena con más fuerza que cualquier otro: Curro Luyan. El joven, que había sido obligado a desaparecer por orden directa del duque Lisandro, aparece de nuevo en escena, poniendo en peligro a toda su familia.
Don Alonso y Doña Leocadia saben que esta visita no es una cortesía, sino una amenaza camuflada. Ordenan que nadie llame la atención, que todo se mantenga bajo control, pero la tensión está al borde de estallar. Manuel, el heredero de los Luyan, se muestra incapaz de tolerar más hipocresía. Cuestiona a su padre: ¿por qué someterse a un hombre como Lisandro, que juega con vidas como si fueran piezas de ajedrez? Don Alonso responde con resignación: no se trata de justicia, sino de supervivencia.
Mientras tanto, Martina, como siempre impecable, recibe al duque con diplomacia. Pero entre ambos hay algo no resuelto. Viejas decisiones, promesas rotas y resentimientos no expresados flotan en el aire. Lisandro le lanza una dura indirecta, aludiendo a Adriano, el esposo que ella eligió por amor, desafiando todo lo que se esperaba de ella.

La situación se intensifica cuando Curro entra en la habitación con un bandeja. Solo debía pasar desapercibido, como una sombra, pero sus ojos se cruzan con los del duque por un instante… y ese momento lo cambia todo. Lisandro lo reconoce. Su expresión se congela. Ya no hay duda: el joven al que él ordenó eliminar está frente a él, vivo y dentro de su propia casa.
Martina percibe el cambio en Lisandro: su mirada es una sentencia silenciosa. La atmósfera se llena de peligro. Aunque intenta intervenir con diplomacia, es inútil. Lisandro pregunta a Curro su nombre. Ella trata de protegerlo diciendo que es nuevo, que viene de lejos. Pero Lisandro no se deja engañar. Algo dentro de él confirma la sospecha: ese joven no es un desconocido.
Mientras Curro intenta retirarse con cautela, Lisandro lo sigue con la mirada. Martina, desesperada, propone salir al jardín, distraerlo, ganar tiempo. Pero él se niega. El jardín puede esperar. Lo que no puede esperar es la verdad que está por estallar.
En ese instante se revela la verdadera razón de la visita del duque: no ha venido por cortesía, sino por venganza. Y ahora que ha encontrado a quien buscaba, nada lo detendrá. Curro está atrapado, y el tiempo de Martina para salvarlo se agota rápidamente.
Lo que sigue es una sucesión de giros que podrían cambiar el destino de todos: una alianza inesperada, una posible fuga, y una traición que reordenará el equilibrio de poder en La Promesa. El pasado ha regresado… y Lisandro no perdona.