LA PROMESA – Manuel impide que lleven a Eugenia al sanatorio y desenmascara a Lorenzo y Leocadia – Spoiler capítulo completo
En el próximo capítulo de La Promesa, Lorenzo y Leocadia están decididos a deshacerse de Eugenia a toda costa. Para ello, elaboran un plan siniestro que se acelera cuando Eugenia comienza a perder el control de su mente, sufriendo frecuentes alucinaciones y crisis emocionales. Todo esto empeora tras el sabotaje que Lorenzo realiza durante un masaje con aceites que contienen sustancias manipuladas para inducir delirios y ataques psicóticos. Así, Eugenia sufre una grave crisis que la obliga a ser internada por la fuerza.
Sin embargo, esta internación no será permanente, ya que Manuel se convierte en el héroe que rescata a su tía al descubrir la verdad oculta detrás de su repentino colapso. Manuel desvela la farsa orquestada por Lorenzo y Leocadia y les enfrenta, dispuesto a castigar sus crueles actos. El plan malévolo de los dos conspiradores no solo avanza rápido sino que supera incluso sus propias expectativas, logrando que Eugenia caiga en un estado mental devastador en cuestión de horas.
La noche antes del colapso, Lorenzo se muestra como el esposo atento y servicial, visitando a Eugenia y dándole un masaje con los aceites alterados. Aunque todo parece cariñoso y relajante al principio, el masaje es en realidad el medio para sembrar la locura en la mente de Eugenia. Él habla con dulzura, pero su toque es frío y calculador, mientras ella se entrega, agotada por la soledad y el estrés que la consumen.
A la mañana siguiente, los efectos comienzan a manifestarse. Eugenia despierta aterrorizada, con el corazón desbocado y los ojos abiertos como platos. La luz y las sombras de la habitación se transforman en monstruos y voces extrañas resuenan, llenando su mente de miedo. Aparecen ante ella visiones inquietantes: primero la figura altiva y fría de Cruz, que la acusa de no ser lo suficientemente fuerte y de ser una carga; luego la imagen triste de Hann, quien la reprocha por haberlo dejado ir.
En medio de su delirio, Eugenia grita y se tambalea, atacando con palabras de acusación a quienes más ama. Alonso entra en la habitación al escuchar los gritos, pero Eugenia lo rechaza violentamente, culpándolo de la caída de la familia y del encierro que ella sufre. Cuando Curro llega, intentando consolarla, Eugenia también lo desprecia, llamándolo bastardo y traidor, responsabilizándolo junto a Alonso por la partida de Hann. Estas palabras destrozan a Curro, que queda paralizado y llorando, mientras Eugenia continúa sumergida en su confusión, repitiendo nombres y eventos como si su mente estuviera rota en pedazos.
Desde fuera, Leocadia y Lorenzo observan la escena con satisfacción, comentando que todo va mucho mejor y más rápido de lo que esperaban. Están seguros de que Eugenia terminará siendo declarada loca y confinada, fuera de cualquier poder o defensa, eliminando así un gran obstáculo para ellos. La crueldad y el triunfo se reflejan en sus rostros mientras se alejan lentamente, dejando atrás la desesperación y los gritos.
En los momentos siguientes, Leocadia lleva a Alonso a creer que la única solución es internar a Eugenia para proteger a todos y evitar que su delirios causen daños mayores. Alonso, aunque reacio y abatido por la idea de encerrar a su hermana, se siente presionado y finalmente acepta la dura decisión. Sin embargo, Manuel no puede aceptar esta versión de los hechos. Sospechando que algo raro ocurre, decide investigar por su cuenta y va personalmente a ver a Eugenia en su habitación.
Allí la encuentra en un estado deplorable, murmurando incoherencias y abrazándose a sí misma como si intentara protegerse de un enemigo invisible. En un momento de lucidez, Eugenia revela a Manuel que Lorenzo y Leocadia son quienes la están destruyendo, manipulándola y arruinando su mente igual que hicieron con otras personas. Manuel queda sorprendido y confundido, pero antes de que pueda indagar más, Alonso irrumpe en la habitación con médicos dispuestos a llevarse a Eugenia de inmediato.
Manuel se enfrenta a ellos, pidiendo que no utilicen la fuerza y que su tía necesita ayuda, no violencia. Alonso, firme, insiste en que no hay alternativa. Los médicos aplican un calmante a Eugenia mientras ella grita desesperada, pero finalmente cae en la inconsciencia. Manuel, junto a Curro, que llega justo a tiempo para presenciar la escena, se queda paralizado y con el corazón hecho pedazos. Mientras tanto, Leocadia observa la escena con una sonrisa fría y satisfecha, consciente de que su plan está funcionando.
Pero la historia da un giro cuando, al día siguiente, Manuel aparece con un carruaje en el patio de la Promesa y baja con Eugenia, que aunque aún frágil, está lúcida y decidida. La llegada sorprende a todos, y sobre todo a Leocadia, que se enfrenta a Manuel preguntando con rabia qué significa que Eugenia no esté internada como se esperaba. Manuel, con firmeza, la acusa públicamente de su plan para destruir a Eugenia, de haberla manipulado con hierbas y engaños y de intentar acabar con la familia.
Eugenia, apoyada en Curro, también confronta a Leocadia, que queda en evidencia y sin palabras ante la humillación pública. El velo de la mentira comienza a desgarrarse y por primera vez la sombra de Leocadia parece estar en peligro de caer. Manuel deja claro que no permitirá que ella siga destruyendo a su familia, y el silencio tenso invade la casa mientras Leocadia lucha por mantener las apariencias.
Este capítulo promete una mezcla intensa de intrigas, emociones y justicia, con Manuel tomando un papel crucial para proteger a Eugenia y desenmascarar a los verdaderos villanos que han manipulado y casi destruido a su familia desde las sombras.