🌹 La Promesa – Capítulo 581 (Miércoles 23 de Abril)

📺 Spoiler narrativo

En La Promesa, el amor, los secretos y los conflictos familiares continúan entrelazándose en un episodio cargado de revelaciones y decisiones que marcarán un antes y un después en la vida de los personajes.

Curro, tras todo el apoyo que ha recibido de Ángela desde que fue relegado a un segundo plano como “el Cayo”, da un paso que llevaba tiempo posponiendo: abre su corazón y le declara su amor. La escena es profunda y cargada de emociones, pero también bañada por la sombra de la imposibilidad. Curro es plenamente consciente de que su historia con Ángela se enfrenta a un obstáculo casi insalvable: la diferencia de clases. No es la primera vez que el amor desafía las normas en La Promesa, pero cada historia es única y compleja. A pesar del ejemplo de su hermana Jana y Manuel, no será fácil. Leocadia, protectora y controladora, no ve con buenos ojos a Curro y su actitud hacia él se vuelve cada vez más hostil. No solo lo desprecia, sino que parece haber intervenido activamente para sacarlo del entorno. Lo considera indigno, llegando incluso a llamarlo “bastardo” con desprecio. Su rechazo se hace más evidente cuando recrimina a su hija por haberle permitido a Curro acercarse a sus sobrinos, los hijos de Catalina.

En medio de todo esto, Adriano, el joven labriego, es finalmente descubierto por Alonso en la habitación de Catalina. El marqués, como era de esperarse, reacciona con dureza. Pero Catalina, con temple y astucia, logra salir del paso: le explica a su padre que Adriano simplemente vino a visitarla por cortesía, para saber cómo se encontraba tras el parto. Le recuerda que fue él quien la asistió durante el nacimiento de Rafaela en el campo. Por ahora, logra calmar a su padre, pero se avecina un momento decisivo. Catalina no podrá seguir ocultando la verdad por mucho más tiempo, y en el siguiente episodio, se avecina la gran confesión: Adriano es el padre de sus hijos. Cuando el marqués lo descubra, su reacción no será precisamente benévola.

Mientras tanto, con el propósito de cuidar la salud física y emocional de su hija, Leocadia decide recurrir a la ayuda de Emilia, una enfermera recomendada por el Dr. Ferrer. Emilia llega a La Promesa aparentemente para brindar apoyo profesional, pero su presencia remueve antiguos sentimientos en Rómulo, ya que ambos comparten un pasado aún no resuelto. Nadie en el palacio sospecha que entre la nueva enfermera y el jefe de servicio hay una historia previa, pero esa tensión subyacente pronto podría salir a la superficie.

En el terreno del romance, Martina toma una decisión firme. Harta de sentirse dominada por San Jacobo, le deja claro que no está dispuesta a continuar una relación en la que no se siente libre. Cree que se precipitaron con los planes de boda y propone dar un paso atrás, al menos por ahora. Jacobo, enfrentado al miedo de perderla, intenta recomponerse y se muestra más comprensivo, asegurándole que la quiere tal y como es. Pero sus palabras no terminan de convencer. Martina intuye que su carácter dominante no cambiará fácilmente. La joven está decidida a defender su autonomía, y el compromiso queda en pausa, si no completamente anulado.

En paralelo, Manuel y Toño se embarcan con entusiasmo en el proyecto de transformar el antiguo hangar en un taller aeronáutico. Toño, hijo de Simona, aún no comprende del todo en qué se está metiendo, pero comienza a vislumbrar un futuro más estable. Manuel le va revelando poco a poco la magnitud del proyecto, y el vínculo entre ambos se fortalece. Es una oportunidad para Toño de encontrar rumbo y propósito, algo que necesita desesperadamente.

Pero no todo es trabajo e ilusiones. En los márgenes de la historia principal, Simona sigue lidiando con sus propios conflictos. Las cosas no marchan bien, pero se intuye que, con el tiempo, podría encontrar cierta paz y reconciliación con los suyos.

Por otro lado, los rumores sobre Ana y Santos se intensifican. Después de ser acusada por Ricardo Pellicer de haber secuestrado al hijo de Pía para quedar como una heroína, la tensión en el matrimonio es insostenible. Y ahora, Santos ha desaparecido. Ricardo, preocupado, comparte su angustia con Rómulo. Poco después, Teresa y Vera descubren algo en el pueblo de Luján que podría explicar la desaparición, pero dudan en contárselo a Ricardo. Finalmente, presionadas por él, revelan que Ana ha abandonado el pueblo. Todo apunta a que ha huido con su hijo, convencido por sus palabras. Ana, fiel a su estilo, parece haber optado por desaparecer antes de enfrentar las consecuencias.

En el servicio, otro lazo emocional se fortalece. Petra, normalmente distante, se sincera con el Padre Samuel y le cuenta su doloroso pasado. El sacerdote, conmovido, le comparte la historia a María Fernández, con la esperanza de que vea a Petra desde una nueva perspectiva. Pero María, aunque entiende el dolor, no puede evitar señalar que sufrir no justifica tratar mal a los demás. Su reflexión deja claro que el pasado no debería servir como excusa para herir a quienes te rodean.

El capítulo cierra con una escena cargada de tensión: el Capitán Lorenzo, enterado del estancamiento en los planes de boda de Jacobo y Martina, decide organizar una fiesta ostentosa por su cumpleaños en La Promesa. Pero lo que parecía una simple celebración toma un giro peligroso cuando Curro descubre entre la correspondencia un nombre que lo estremece: Rufino de la Merced, el experto en venenos relacionado con la investigación secreta que él y Pía llevan a cabo sobre la muerte de Jana.

La aparición del nombre de Rufino no solo pone en jaque el plan de justicia de Curro, sino que también sugiere que alguien dentro del palacio sabe más de lo que aparenta. El capítulo se despide en ese punto de máxima intriga, anticipando que en el siguiente episodio veremos qué hace Curro con esa carta… y si logra adelantarse a quienes podrían estar tramando algo mortal.