Ricardo y Curro derrotan a Leocadia juntos – Spoiler
La calma dorada de la tarde en La Promesa contrasta con la batalla interna que estalla entre la ambición y la lealtad. Ricardo, tras ser humillado públicamente por Leocadia con la llegada inesperada del enigmático Íñigo de la Vega como candidato externo a mayordomo, se ve despojado de su dignidad. Pero la justicia encuentra su camino. Gracias al testimonio involuntario del marqués, que presencia la cruel humillación, Ricardo es reivindicado como mayordomo en funciones, devolviéndole no solo el respeto, sino el liderazgo merecido.
Íñigo, aunque no consigue el puesto de jefe del servicio, se queda en la finca como administrador de archivos y logística. Sin embargo, su verdadera motivación va más allá de la administración: oculta una conexión personal con el pasado oscuro de los Almacenes Durán, el mismo incendio ligado a la muerte de la madre de Curro. Pía lo descubre y comienza a sospechar que Íñigo podría ser un inesperado aliado en su búsqueda de justicia.
Mientras tanto, Curro y Ángela fortalecen su vínculo emocional. Él se enfrenta públicamente a Leocadia para defenderla, gesto que cambia la percepción de Ángela sobre su lugar en la casa. Por primera vez, siente que pertenece, que no está sola, y que puede enfrentar cualquier cosa con Curro a su lado. Su relación se solidifica en un gesto sencillo, tomados de la mano bajo las estrellas.
En el hangar, la prometedora colaboración entre Manuel y Enora se ve saboteada por Toño, quien, consumido por el resentimiento, altera discretamente una válvula del motor en desarrollo. El fallo casi catastrófico los alerta, pero Manuel, con determinación, descubre el sabotaje. Confronta a Toño y lo expulsa definitivamente, iniciando junto a Enora la reparación del prototipo. Nace así una alianza basada en respeto, talento y confianza mutua.
Catalina, por su parte, demuestra una astucia brillante al neutralizar las demandas abusivas del Conde de San Esteban. Aconsejada por Martina, convierte cada uno de sus caprichos en una cláusula lucrativa del contrato de arrendamiento, recuperando el control de la finca por medios ingeniosos y dejando incluso a Adriano sin argumentos.
La investigación de Curro, Pía y Vera da un giro clave cuando descubren una conexión directa entre Íñigo y los Almacenes Durán. El nombre de un antiguo empleado, Gervasio Linares, se convierte en una pista prometedora. Todo indica que Íñigo no ha venido por trabajo, sino por una verdad largamente enterrada. Esto reconfigura el tablero: un antiguo adversario podría convertirse en un poderoso aliado.
Y mientras Leocadia intenta reafirmar su dominio en el área de servicio con ataques crueles contra Ángela, esta vez no está sola. Curro, Ricardo y el resto del equipo se interponen, formando una barrera protectora que por fin frena a la gobernanta. La ofensiva de Leocadia ha fracasado: ha perdido el control, el respeto, y sobre todo, el poder.
El equilibrio retorna a La Promesa, pero es un equilibrio nuevo, forjado en la lucha. Los personajes encuentran su lugar, ya sea en el amor, en la justicia o en la verdad. Aunque muchas preguntas persisten y las amenazas no han desaparecido del todo, por primera vez en mucho tiempo, el horizonte de la finca parece lleno de luz. El nuevo día llega, y con él, la certeza de que, mientras estén unidos, podrán enfrentarlo todo.