🔍 Las sospechas de Andrés eran ciertas | Sueños de Libertad | SPOILER COMPLETO 🔍
Las piezas del rompecabezas comienzan a encajar para Andrés de la Reina, cuyas sospechas en torno a la muerte de Jesús se confirman de forma inquietante. En una conversación tensa y cargada de implicaciones, se revela que uno de los personajes involucrados, al que llamaremos provisionalmente el cómplice, había enviado una importante suma de dinero a su hermana Juana. El problema: Jesús había obtenido una copia de ese giro bancario y, tras su fallecimiento, ese documento termina en manos de Andrés.
Aunque el cómplice intenta justificarse diciendo que ese dinero lo ganó en el juego —una mentira previamente acordada con su superior, el Sr. Carpena—, ni él mismo parece convencido de que esa excusa pueda sostenerse. Andrés ya ha comenzado a atar cabos, lo que pone al cómplice en una situación muy delicada.
Carpena, sin perder la compostura pero dejando ver su verdadero rostro, deja claro que el problema no es si el giro compromete o no al cómplice. El verdadero peligro es Andrés, un hombre que no se detendrá hasta descubrir la verdad. Y en esta cacería, el cómplice representa un “cabo suelto”, una amenaza que hay que eliminar… o al menos alejar.
Aunque la investigación oficial concluyó que Jesús se suicidó, Carpena no se muestra convencido ni tampoco interesado en cuestionar esa versión. Su prioridad es silenciar todo lo que pueda poner en riesgo sus intereses, y por eso le propone —más bien le impone— al cómplice una solución radical: abandonar España en solo dos días. El destino, Venezuela. El medio, un mercante que zarpará desde Lisboa. Y lo hará acompañado de su mujer y sus hijos, dejando atrás su vida, sus lazos y a su propia hermana.

El cómplice, atrapado entre la desesperación y la impotencia, intenta negociar. Necesita dinero para empezar de nuevo en un país extranjero. Carpena accede, pero con una advertencia tajante: será la única vez que reciba algo de él. Si intenta chantajearlo de nuevo, sabe perfectamente cómo silenciarlo… para siempre.
Este intercambio revela varias verdades cruciales:
- Jesús había descubierto movimientos financieros sospechosos antes de su muerte.
- Andrés está peligrosamente cerca de destapar una red de corrupción o crimen mayor.
- El supuesto suicidio de Jesús cada vez parece menos creíble.
- Carpena no dudará en sacrificar a cualquiera para protegerse, incluso si eso implica exiliar a un hombre con familia.
- El cómplice es culpable, pero también una víctima atrapada entre el miedo y la manipulación.
En resumen, este capítulo deja claro que las sospechas de Andrés no eran solo intuición: eran la punta del iceberg. El juego de apariencias ha comenzado a desmoronarse, y el verdadero rostro de los personajes más oscuros empieza a salir a la luz. La tensión se eleva y el espectador entiende que esta historia está lejos de haber terminado.