🔴 Avance Sueños de Libertad, capítulo 294 – 24 de abril: Dos malas noticias
En el nuevo capítulo de Sueños de libertad, las tensiones se disparan y los secretos que durante tanto tiempo permanecieron enterrados comienzan a emerger con fuerza. Damián, consumido por el dolor de la pérdida de su hijo Jesús, empieza a sospechar que su muerte no fue un acto voluntario, sino el resultado de un oscuro entramado en el que podría estar implicada la familia Merino. Luz y Luis, hasta ahora casi invisibles para él en lo que respecta a amenazas, se convierten en el centro de su obsesión.
Lo que en otro tiempo fue solo un presentimiento se transforma en una certeza peligrosa. Damián confronta a Luz con frialdad: la acusa no solo de haber ejercido ilegalmente como doctora en la fábrica, sino también de estar involucrada en la muerte de Jesús. Ella, atrapada por el miedo, acaba confesando que su hijo la chantajeaba con un secreto: el golpe que sufrió durante un forcejeo con Luis. Aquel episodio dejó secuelas físicas en Jesús… ¿y acaso también fue el origen de su trágico final?
Para Damián, la confesión es la pieza que faltaba en un rompecabezas macabro. El suicidio de su hijo ya no parece tal. Cree que alguien lo empujó hasta ese abismo. Y cree saber quiénes. La rabia y el deseo de justicia lo llevan a amenazar a Luz con denunciarla: por mentir, por engañar… y quizás, por matar.
Mientras tanto, Digna, la matriarca Merino, intenta detener esta ola de acusaciones. Con el temple que la caracteriza, se enfrenta a Damián y le suplica que recapacite. Pero es tarde: él ha conectado los puntos, ha creado su narrativa, y en ella, los Merino tienen sangre en las manos.
La segunda mala noticia sacude a Luis desde otro frente: el contrato más importante de la fábrica, el de Galerías Miranda, ha sido cancelado sin que nadie se lo comunicara. Lo descubre por sí mismo, sintiéndose traicionado. ¿Está Don Pedro detrás de esta pérdida? La desconfianza se instala en el corazón de Luis, justo cuando comenzaba a recuperarse físicamente.
Las tormentas personales no cesan. Begoña, por su parte, vive su propio calvario emocional. Siente que está perdiendo el cariño de Julia, su hijastra, quien cada vez se deja envolver más por la influencia de María. Esta, con su aparente dulzura, ha logrado ganarse el corazón de la niña, desplazando a Begoña del lugar que ocupaba. La desesperación la lleva a buscar consejo en Digna, quien le sugiere tender puentes, pero Begoña teme que sea demasiado tarde.
Esa angustia de Begoña toca a Gema, que empieza a cuestionarse su propio deseo de ser madre. La conversación con Joaquín da un giro emotivo: ella plantea, por primera vez en serio, la idea de adoptar. Joaquín, emocionado, la apoya con entusiasmo, aunque Gema no puede evitar sentirse abrumada por el paso que implicaría.
En la tienda, Marta sigue hablando con emoción sobre la última junta y, sobre todo, sobre Pelayo, cuyo apoyo fue incondicional. Fina, que escucha entre sonrisas forzadas, se revuelve por dentro al ver cómo Marta empieza a mirar a Pelayo con otros ojos. La semilla de los celos germina en silencio.
En la casa grande, los vínculos también se tensan. Claudia, recién llegada, se interesa por Raúl, el chófer, solo para descubrir que él ya tiene una conexión creciente con María. Ese vínculo se hace más evidente cuando Raúl interviene en una fuerte discusión entre Begoña y Andrés sobre la educación de Julia. Raúl toma partido por María, dejando claro de qué lado está. Andrés, enardecido, lo enfrenta, desatando un nuevo conflicto.
Tras el brutal enfrentamiento con Damián, Luz se desmorona. La amenaza de la denuncia la deja sin fuerzas, convencida de que debe entregarse. Pero Digna no lo permite. Ella, que siempre ha protegido a su familia, le promete a Luz que hablará con Damián para impedir que destruya su vida.
Y así, se produce el segundo gran choque del episodio: el cara a cara entre Digna y Damián. Ella intenta hacerle entrar en razón, apelando a su humanidad. Pero Damián ya no escucha ruegos. Para él, Jesús no se quitó la vida. Las piezas encajan demasiado bien: el chantaje, la pelea, la anosmia. Está convencido de que alguien de la familia Merino tuvo algo que ver… y no lo dejará pasar.
La reacción de Digna es feroz. Le grita, lo acusa de dejarse cegar por el dolor. Le jura que sus hijos son inocentes. Pero Damián ya ha cruzado una línea. Ya no busca consuelo, busca culpables.
Este capítulo 294 de Sueños de libertad está marcado por dos malas noticias que cambian el rumbo de la historia: la firme creencia de Damián en que su hijo fue asesinado por alguien cercano, y la pérdida del contrato crucial que pone en riesgo el futuro de Luis y de la fábrica. Pero más allá de estos dos golpes demoledores, los hilos secundarios se siguen entretejiendo con fuerza: la manipulación de María sobre Julia, la encrucijada emocional de Gema y Joaquín, los celos de Fina, y las nuevas tensiones que sacuden a la casa grande.
Con cada escena, el relato avanza hacia un clímax inevitable. Damián quiere respuestas. Y está dispuesto a hacer lo que sea para obtenerlas, aunque eso implique desatar una guerra contra los Merino.