María ha movido la pierna, pero Andrés no lo ha visto – Sueños de Libertad

¿Estás bien?

Spoiler:

La noche avanza en la casa y el silencio apenas se interrumpe por un intercambio de palabras cargadas de tensión. Andrés, con el gesto rígido y los pensamientos turbios, responde con un seco “perfectamente” cuando le preguntan si se encuentra bien. Pero su tono lo delata. María, atenta a cada matiz, percibe la incomodidad de su esposo y lo señala de inmediato: está extraño, más distante de lo habitual. Ella sabe perfectamente cuál es la causa.

El nombre de Begoña aparece en la conversación como un rayo que ilumina la oscuridad. Andrés admite haberla visto abajo, acompañada de Gabriel. La noticia no tarda en confirmarse por boca de Manuela, quien le comentó que ambos habían ido juntos al cine. Ese detalle, insignificante para algunos, es una daga para el corazón de Andrés. La sola imagen de Begoña compartiendo risas y confidencias con otro hombre le resulta insoportable.

María, con un tono entre la paciencia y el reproche, intenta poner orden en la situación. No quiere que él pague con ella las frustraciones que siente por Begoña. Le recuerda que ya se lo había advertido: esa mujer ha tomado su camino, y no precisamente a su lado. Andrés, sin embargo, no logra ocultar su desconsuelo. María le plantea con crudeza lo que él no quiere aceptar: ¿acaso esperaba que Begoña se arrepintiera y regresara a sus brazos? Debe abrir los ojos, no puede seguir toda la vida con esa ilusión absurda.

“Eres lo peor que me ha pasado en la vida”: María descarga su odio contra  Andrés al notar que no puede mover las piernas

Andrés baja la mirada. Reconoce en silencio que ya renunció a Begoña, pero confiesa que su mayor deseo es verla feliz. Y si parece que lo está, aunque sea al lado de Gabriel, debe conformarse con eso. El problema es que esa resignación no le trae paz. María lo ve hundido, y no puede soportar la idea de compartir su vida con un hombre que considera su compañía como una carga.

Entonces estalla la confesión más dura: para ella es insoportable vivir al lado de alguien que no siente nada por su esposa, que se limita a cumplir con una obligación matrimonial sin amor. María no puede con esa carga emocional, mucho menos con la sombra constante de Begoña en su relación. Se siente atrapada en un triángulo imposible, como si su vida dependiera de una comparación continua con la mujer que nunca logró ocupar su lugar en el corazón de Andrés.

El dolor de María se convierte en reproche. Le lanza en cara que no sabe qué es peor: que Andrés siga deseando a Begoña o que se consuma de celos al verla enamorada de otro. La situación es, de cualquier manera, insostenible. Andrés, abrumado, pide que baste ya, que se acabe esa discusión. Pero María no se detiene: es ella quien dice “basta ya”, reclamando que está harta de vivir a la sombra de un amor imposible.

Con una voz rota, Andrés intenta defenderse. Afirma que lo único que hace es cumplir con su deber, que está presente como esposo, aunque sin el corazón en ello. Pero María no se conforma con eso. Exige más. Reclama su derecho como esposa a ser amada, a ocupar ese lugar que legítimamente le corresponde. Insiste en que Begoña no quiere estar con él, que esa batalla ya está perdida, y que la única que lo quiere de verdad, la única dispuesta a darlo todo, es ella.

Sus palabras son un grito desesperado de amor y de frustración. Le pide que valore lo que tiene frente a sí, que deje de aferrarse a un sueño que nunca se cumplirá, y que construya una vida real con quien lo ama de verdad. Pero Andrés, con la voz quebrada, responde que no puede elegir lo que siente. Sus emociones no obedecen a la razón, y por más que lo intente, no logra apagar lo que aún arde dentro de él. María, entonces, se desespera aún más. Lo acusa de vivir atrapado en un recuerdo y de no darle la oportunidad de ser feliz juntos.

El ambiente se vuelve sofocante. La música de fondo subraya el dramatismo de una escena en la que dos almas se enfrentan a la verdad más dolorosa: amar a quien no corresponde. María lo mira con lágrimas en los ojos, convencida de que su matrimonio no es más que una farsa sostenida por el deber. Andrés, abatido, confiesa con sinceridad que no sabe cómo hacerlo mejor, que se siente perdido. No encuentra el modo de corresponder a la entrega de su esposa, aunque en el fondo desearía no herirla más.

María se ha dado cuenta de que está empezando a recuperar la sensibilidad  en las piernas... ¿se lo dirá a alguien?

Este enfrentamiento desnuda las heridas más profundas de ambos. María, condenada a vivir con un hombre que no la ama, se consume en la rabia y la tristeza de no ser suficiente. Andrés, atrapado en un amor imposible por Begoña, se resigna a la infelicidad y a arrastrar con él a quien lo acompaña. La tensión alcanza un punto de quiebre donde ya no queda espacio para las medias tintas: o Andrés logra aceptar a María como su verdadera compañera, o ambos seguirán hundiéndose en un matrimonio sin vida.

El eco de las últimas palabras de Andrés —“no lo sé”— refleja la confusión absoluta en la que se encuentra. No tiene respuestas, no sabe cómo liberar a María de ese sufrimiento ni cómo liberarse a sí mismo de la sombra de Begoña. El futuro de su relación se vuelve incierto, marcado por la incapacidad de cerrar el pasado y abrazar el presente.

La escena termina con una sensación de vacío, con una herida abierta que no tiene cura inmediata. María exige amor, Andrés se consume en un recuerdo, y Begoña, sin estar presente físicamente, sigue siendo la tercera protagonista de una historia de desdicha. El matrimonio se tambalea, y aunque la lealtad y el deber mantienen a Andrés al lado de su esposa, el amor ausente amenaza con destruirlos desde dentro.

Este spoiler nos adelanta un capítulo cargado de reproches, confesiones y verdades dolorosas, donde el corazón de Andrés queda en evidencia y el dolor de María se convierte en un grito desesperado por ser amada. El drama promete intensificarse, porque mientras Begoña avanza hacia una nueva vida junto a Gabriel, Andrés y María se enfrentan al derrumbe de la suya.

Related articles

¡Santiago ha vuelto! El agresor de Fina se ha fugado y ha regresado a Toledo – Sueños de Libertad

Porque si fueras un hombre de verdad, no me estarías haciendo lo que me estás haciendo Spoiler: El enfrentamiento comienza con un reproche desgarrador. Ella, con la…

Andrés le confiesa sus sentimientos a Begoña – Sueños de Libertad

Si nos descuidamos, volvemos nadando Spoiler: La velada había comenzado con un ambiente ligero, casi despreocupado, después de la salida al cine. La lluvia amenazaba con empaparlo…

Irene se enfrenta a don Pedro y le da el bofetón – Sueños de Libertad

Ay, Irene, un día más cargado de secretos y verdades ocultas Spoiler: El amanecer trae consigo otro día de responsabilidades para Irene. Entre montones de papeles, contratos…

Dreams of Freedom: The Cruelty of Pelayo! Preview 375

Hola a todos los amantes de la serie Sueños de Libertad El próximo capítulo de Sueños de Libertad, que se emitirá el miércoles 20 de agosto, promete…

Marta and Fina: Dreams of Freedom (Chapter 379) Maria, Andres has to suffer for your prosperity.

Tu marido está muy afectado La tensión se percibe desde el primer momento en esta conversación cargada de estrategias, manipulación y secretos que podrían cambiar radicalmente el…

Marta and Fina: Dreams of Freedom (Chapter 378) Why do you think it’s going to be long?

La conversación que se desarrolla entre Gabriel, María y Andrés puede parecer al principio un intercambio breve y casual, pero en realidad es un reflejo nítido de…

You cannot copy content of this page