⚠️ SPOILER – “María recibe un duro diagnóstico”
María se encuentra postrada en la cama del hospital, visiblemente afectada y con un tono irónico y dolorido al recibir una visita inesperada. La conversación comienza con sarcasmo, pues María, frustrada, señala que no hay nada mejor que estar todo el día en cama… salvo por el pequeño detalle de no poder dar ni un paso. La visita —de una persona con la que ha tenido desencuentros en el pasado— intenta acercarse con palabras de consuelo, pero María, hiriente y a la defensiva, le corta rápidamente, interpretando su presencia como un intento de lavar su conciencia con frases vacías de compasión. Rechaza su lástima y afirma con frialdad que ya no son amigas.
La tensión aumenta cuando María le exige que se marche, sin importar las intenciones. La otra mujer intenta justificarse, explicando que, a pesar de sus diferencias, no podía dejar de verla en este momento difícil. Sin embargo, María no cede y le insiste en que se vaya, mostrándose dolida y agresiva. Finalmente, la visitante accede, visiblemente afectada por el rechazo.
Instantes después, llega la doctora Luz, quien ha estado en contacto directo con el especialista que sigue el caso de María. Ella intenta prepararla para lo que será una de las noticias más difíciles de su vida. María, ansiosa, no puede esperar más y le exige que le diga de inmediato el resultado de las pruebas.

Con palabras cuidadosamente escogidas, la doctora le comunica que las lesiones que ha sufrido en la caída son más graves de lo que se esperaba inicialmente. La evaluación médica indica que las probabilidades de recuperar movilidad y sensibilidad en la parte inferior del cuerpo son mínimas, casi inexistentes. María, conmocionada, se aferra a la esperanza de una operación o tratamiento alternativo, pero la doctora, con franqueza y serenidad, le explica que no solo sería inútil, sino que incluso pondría su vida en riesgo.
Así, María se enfrenta cara a cara con una realidad desgarradora: deberá reconstruir su vida sabiendo que probablemente no volverá a caminar. La escena marca un punto de inflexión emocional en la historia, donde la fragilidad, el orgullo herido y la crudeza del destino se entrelazan en una dolorosa verdad.