Título: “Cristina recibe una oferta que cambia su destino”
La tensión era evidente en el rostro de Cristina cuando Pedro la citó a su despacho. Ella, con la culpa a cuestas por el incidente en el laboratorio, estaba convencida de que aquella reunión sería para pedirle explicaciones. Sin embargo, lo que sucedió a continuación no solo la descolocó, sino que marcó un antes y un después en su vida profesional. Pedro, lejos de reprocharle nada, tenía entre manos algo completamente distinto: una recompensa inesperada que reconocía su trabajo, su esfuerzo y, sobre todo, su talento.
Todo comenzó con una pregunta desconcertante: “¿De verdad crees que dudo de ti?”. Cristina, aún algo nerviosa, confesó que sí, que su llamada la había dejado intranquila, pues pensaba que hablarían sobre lo sucedido en el laboratorio. Pedro, sin rodeos, le dejó claro que no estaba allí para discutir errores. “Al contrario”, le dijo, “quiero hacerte una propuesta”.
Cristina no pudo evitar mostrar su sorpresa. Una propuesta. ¿Qué podía significar eso? Pedro, con un tono sereno pero firme, empezó a elogiar el trabajo que la joven había realizado desde que llegó a la empresa. “Has hecho mucho más de lo que podíamos esperar de alguien que recién empieza”, dijo, dejando en claro que su mirada sobre Cristina era mucho más que positiva.
Ella, con humildad, trató de compartir el mérito con su mentor, Luis, asegurando que gran parte de lo que había logrado era gracias a él. Pero Pedro no permitió que restara valor a sus propios méritos. “No todos los alumnos están a tu altura”, afirmó, reconociendo que lo que Cristina había conseguido era fruto de su capacidad y de su esfuerzo personal.
Y entonces, vino la gran revelación: Pedro le ofreció nada menos que el 5% de los beneficios de todas las ventas del perfume que ella misma había creado. La noticia cayó como un rayo. Cristina no sabía cómo reaccionar. ¿Eso era siquiera posible? ¿Una aprendiz podía acceder a un porcentaje de ganancias así?
Pedro, con tranquilidad, le explicó que sí, que algunos perfumistas, como Luis, ya gozaban de ese privilegio, y que él consideraba que su creación era lo suficientemente excepcional como para merecer una recompensa a la altura. “Esto es solo el principio de tu brillantísima carrera”, sentenció, dejando claro que creía firmemente en el futuro de Cristina dentro de la empresa.
Cristina, visiblemente emocionada y con la voz quebrada por la sorpresa, aceptó la propuesta sin dudarlo: “Sí, sí, claro… es un honor, la verdad”. Pedro sonrió, satisfecho, y dio por concluida la reunión. En ese instante, no solo se selló un contrato económico, sino que se consolidó la confianza y el respeto que Pedro había depositado en ella.
Este giro inesperado no solo sirvió para fortalecer la posición de Cristina en la empresa, sino que también vino a sanar las dudas que comenzaban a rondar tras el accidente en el laboratorio. En lugar de castigarla por lo ocurrido, Pedro eligió confiar. Eligió mirar más allá del error puntual y valorar el conjunto. Y eso, en un entorno tan competitivo, es casi un acto revolucionario.
Lo que también queda claro con esta escena es que Sueños de Libertad sigue apostando por historias donde el esfuerzo y el talento tienen su recompensa, donde los personajes no solo se enfrentan a dramas sentimentales, sino también a decisiones profesionales que marcan sus destinos. Cristina, que comenzó como una joven insegura en busca de su lugar, hoy se transforma en una figura clave, en una mujer que ha demostrado que puede estar a la altura de los más grandes.
Pero este reconocimiento no solo trae alegría. También puede desatar nuevas tensiones. ¿Cómo reaccionarán sus compañeros ante este ascenso súbito? ¿Luis sentirá celos o se enorgullecerá de su alumna? ¿Y qué pasará con quienes empiezan a verla como una amenaza en lugar de una promesa?
Además, no olvidemos que Cristina sigue lidiando con el torbellino emocional que significa haber descubierto la verdad sobre sus orígenes. A pesar de los logros laborales, su corazón aún carga con el peso de la revelación, y aunque Pedro le ha dado una nueva razón para creer en sí misma, las heridas del pasado no sanan con contratos.
En ese sentido, esta escena no solo representa un ascenso profesional, sino también un acto de confianza que puede funcionar como bálsamo para sus inseguridades. Pedro, con su gesto, le dice sin decirlo: “Confío en ti, incluso cuando tú misma no lo haces”.
Con esta propuesta, Sueños de Libertad nos muestra que el talento no solo se reconoce con palabras, sino también con hechos. Y que, a veces, el verdadero cambio comienza cuando alguien apuesta por ti incluso en medio de la tormenta. La trayectoria de Cristina, que parecía pender de un hilo, ahora toma fuerza y se encamina hacia un futuro prometedor, aunque no exento de obstáculos.
Porque si algo nos enseña esta serie, es que el éxito, como la libertad, siempre tiene un precio. Y la pregunta ahora es: ¿está Cristina preparada para pagarlo?