Spoiler – “Tensión y decisiones firmes: María toma el control del patrimonio de Julia”
En un encuentro cargado de tensión, María convocó a Damián y Andrés para abordar un asunto crucial relacionado con el patrimonio de Julia. Desde el principio, dejó claro que se trataba de un tema serio que necesitaba la presencia y atención de ambos. Con una expresión serena pero decidida, María confesó que, pese a haber hecho todo lo posible para manejar la herencia, sentía que no contaba con la experiencia ni los conocimientos necesarios para administrarla adecuadamente. Su preocupación principal era evitar cometer errores que pusieran en riesgo el legado de Julia.
La conversación dio un giro inesperado cuando María reveló que, en busca de ayuda, había contactado a Gabriel, quien le había ofrecido su apoyo para orientarla en esta compleja tarea. Esta noticia sorprendió a Andrés, quien con una mezcla de desconcierto e incomodidad, recordó que ya habían discutido ese tema anteriormente, y él había sido categórico: Gabriel no era la persona indicada para ocuparse de algo tan delicado.
Sin embargo, María no cedió ante la oposición. Con firmeza, explicó que Gabriel le había recomendado a un gestor financiero especializado en inversiones en Madrid, una persona que, según él, podía asegurar que el dinero de Julia se administrara con inteligencia y máxima rentabilidad. Andrés, intentando mantener la calma, propuso buscar a alguien de su confianza para que desempeñara ese rol, pero María lo ignoró con un gesto que dejó claro que tenía decidido avanzar con su plan, sin contar con la ayuda de su esposo en este asunto.
La tensión aumentó aún más cuando Damián intervino. En tono grave, recordó a María que, como tutor legal de Julia, ninguna decisión sobre el patrimonio de la niña podía tomarse sin consultar antes con Andrés o con él. María, lejos de alterarse, le respondió con una calma sorprendente, asegurándole que estarían informados de cada paso que se diera y que solo tendrían que preguntar a su sobrino para mantenerse al tanto, lanzando así una sutil pero clara señal para alinearlo con Gabriel.
El diálogo finalizó con Andrés resignado, mirando a Damián y preguntándole con tristeza si acaso Gabriel había logrado ganarse la confianza de todos. Damián respondió con un toque sarcástico y una leve sonrisa irónica que sí, que la había ganado, incluyendo la suya propia. Esa última frase selló la conversación, dejando en el aire la sensación de que, pese a las dudas y reservas, Damián había decidido aceptar la situación aunque no sin cierto recelo.