Spoiler – “La difícil conversación entre Gaspar y el sacerdote: resentimientos y heridas abiertas”
En una escena cargada de emociones encontradas, el sacerdote se acercó a Gaspar con un semblante serio y preocupado, buscando tender un puente para sanar una herida profunda entre Gaspar y Manuela. Con voz pausada y un tono amable, el padre le manifestó que había sabido de su reciente ruptura con Manuela y que su intención era ayudar a que ambos pudieran aclarar sus diferencias y, tal vez, recuperar lo que habían perdido. Expresó con nostalgia lo triste que era que una historia de amor que había superado tantas pruebas no tuviera el final feliz que todos esperaban: verse unidos frente al altar.
Pero Gaspar, con una media sonrisa cargada de ironía y cansancio en la voz, rechazó esa ayuda con dureza. Le reprochó al sacerdote que ya había hecho demasiado y que, si él no se hubiera entrometido en su vida, nada de aquello habría ocurrido. Con franqueza y dolor, le recordó que aquel consejo que el padre le dio para comprometerse lo llevó a aceptar una propuesta que en realidad no sentía, y que ese error fue el que terminó por romper su relación con Manuela. La tensión fue en aumento mientras Gaspar, herido, confesaba que hay ciertas cosas muy personales que uno prefiere guardar para sí mismo, sin compartirlas con cualquiera.
El sacerdote, sintiéndose ofendido por esas palabras, respondió con firmeza que él no era “cualquiera” y que sus intenciones siempre habían sido sinceras. Pero Gaspar, con la voz entrecortada por la mezcla de tristeza y enojo, le pidió que por favor dejara el tema y no insistiera más. Tras un silencio denso, el padre aceptó la resistencia de Gaspar y, con un tono resignado, le dijo que cuando estuviera más calmado y pudiera ver la situación con mayor claridad, lo esperaba en la capilla para seguir conversando.
Gaspar, aunque no comprometió nada, le respondió que lo pensaría, dejando el encuentro abierto pero sin reconciliación ni acuerdo, con una distancia emocional que parecía difícil de salvar en ese momento. La escena cerró con ambos personajes sumidos en sus propios pensamientos, cargados de resentimiento y heridas que todavía necesitaban sanar.