🔪 MARTA AND FINA – Sueños de Libertad 304

🔥 María acusa a Pedro de traición y vigilancia secreta

En el episodio 304 de Sueños de Libertad, presenciamos un enfrentamiento cargado de tensión, desconfianza y verdades a medio revelar entre María y Pedro, dos personajes que, aunque parecen aliados, ya no pueden sostener la apariencia de confianza mutua. La conversación comienza cuando María, visiblemente alterada, reprocha a Pedro su silencio tras haber intentado contactarlo varias veces sin éxito. Está desesperada: la situación en su casa se ha vuelto asfixiante, siente que todos la observan, la juzgan, y que poco a poco su mundo se derrumba.

Pedro, con un tono que mezcla condescendencia y cautela, le responde con una frase que no hace más que encender su enojo: le dice que era predecible que su marido reaccionara mal cuando ella le pidió ayuda para detener el proceso de nulidad matrimonial. Para él, lo que está ocurriendo no es más que la consecuencia lógica de sus decisiones. Pero María, lejos de calmarse, reconoce que esperaba conflictos, sí… pero no traiciones, ni ataques por la espalda, ni la falta de discreción de quien prometió apoyarla.

Ella está segura de que algo más ocurre detrás de bambalinas. Pedro intenta que se serene, que no haga acusaciones sin pruebas, que no lo involucre sin certezas. Pero María le deja claro que es muy fácil mantener la calma desde su posición privilegiada, lejos del campo de batalla donde ella está siendo linchada moralmente por todos: la culpan de haber pactado con él, de la tristeza de Andrés, del enfado de Julia y del malestar creciente en la familia.

Y por si fuera poco, le confiesa algo aún más preocupante: Damián la ha amenazado directamente. Le ha dicho que no solo piensa apelar la nulidad matrimonial, sino que también quiere quitarle las acciones que corresponden a Julia, lo cual no solo implicaría un golpe económico, sino también emocional, ya que eso afectaría directamente a su hija. Pedro, como si no le diera la suficiente gravedad al asunto, intenta bajarle el tono, asegurando que él no tiene poder para intervenir en esa situación legal, y que lo único que había acordado con María era cumplir su parte sin llamar la atención.

Pero María no se traga esa respuesta. Le asegura que tanto Andrés como Damián están convencidos de que existe un trato secreto entre ellos, y lo más grave: cree que podrían tener pruebas. Acusa a Pedro directamente de haberle ocultado información, de no haberle contado todo y de haberla expuesto. Su tono no es solo de enojo, es de traición. Ya no está hablando con un socio… está hablando con alguien que, a sus ojos, pudo haberla vendido.

Y ahí suelta una bomba más: sospecha que la están vigilando. Asegura que alguien la ha estado siguiendo, que no se trata de paranoia, sino de señales concretas. Pedro intenta quitarle hierro al asunto, le dice que por ahora lo único que se sabe es que tuvo una reunión con Monseñor Mercader, que, según él, no fue más que un encuentro entre viejos amigos. Explica que Mercader era muy cercano a su difunta esposa Inés, y que no hay nada más allá de esa charla.

Sin embargo, Pedro comienza a mostrar signos de incomodidad. Aunque trata de mantener la compostura, es evidente que no controla todos los frentes como solía hacerlo. Él afirma que está preparado para lo que venga, incluyendo una posible ofensiva de Damián, quien probablemente intentará recuperar el control de la junta y sabotear su futuro matrimonio con Digna.

María, sin embargo, le advierte algo crucial: Damián nunca aceptará esa boda. No por celos, sino por poder. Para Damián, todo esto no es un asunto de familia, sino un tablero de ajedrez donde cada movimiento implica la pérdida o ganancia de influencia. Pedro, lejos de amedrentarse, insiste: dice que todo está bajo control. Pero esa frase, repetida varias veces durante la conversación, ya no suena convincente. Suena a excusa. A intento desesperado por contener una situación que se le escapa de las manos.

Antes de despedirse, Pedro le pide a María dos cosas: discreción y confianza. Pero la ironía es que eso es precisamente lo que ha faltado entre ambos. No hay confianza, y la discreción ya no sirve cuando los rumores, las miradas y las amenazas son parte del día a día. María no dice si aceptará esa petición. Pero su expresión lo deja claro: ya no cree en Pedro del todo.

🔍 ¿Qué nos deja este capítulo?

• La relación entre Pedro y María se fractura peligrosamente. Ya no hay complicidad, sino sospechas y reproches.
• María se siente sola y rodeada de enemigos, incluso entre los que consideraba aliados.
• Damián se perfila como un antagonista activo y estratégico, dispuesto a todo por recuperar el control.
• Se insinúa una posible red de vigilancia secreta sobre María, lo que añade un componente de espionaje y paranoia al drama.
• Pedro afirma que se casará con Digna, pero ya no parece tener todos los hilos bajo su control.

🧨 Spoiler emocional:

El tablero de Sueños de Libertad cambia de forma con cada capítulo, y ahora las alianzas están llenas de fisuras. María sospecha, Pedro resiste, Damián ataca, y Andrés observa. La batalla por la verdad está más viva que nunca, pero los secretos, como el humo, siempre encuentran la forma de escapar.