💔 MARTA Y FINA – Sueños de Libertad 307 | “Fina está conmigo porque me ama. No es ambiciosa como tú” – YouTube
En este intenso episodio de Sueños de Libertad, los conflictos emocionales alcanzan un nuevo nivel cuando Marta, decidida a proteger a Fina, toma una medida que desata el enojo de Pelayo. La escena comienza con Marta defendiendo su decisión de asegurar el bienestar de Fina, no a través de un testamento —como Pelayo le había pedido que evitara— sino encontrando una alternativa que no lo comprometa directamente.
Sin embargo, la reacción de Pelayo no es de comprensión, sino de ironía hiriente. En lugar de agradecer el gesto, lanza un comentario sarcástico: que si tanto quiere compartir su historia de amor, debería contarla en el banco delante de todos. Ese tono ácido revela su frustración y dolor.
Marta, sintiéndose atacada injustamente, le pide que no discutan frente a Damián, pero cuando él intenta salir para no incomodarse, ella lo detiene y le dice que ya está al tanto de todo. Marta trata de explicar que precisamente por respeto a Pelayo evitó una acción legal formal como un testamento, para no atarlo más de lo necesario, pero que ahora él no puede criticar las decisiones que ha tomado por su cuenta.
Pelayo, aún dolido, revela que fue el banco quien lo llamó, preocupado por la considerable suma que Marta retiró. Ella confirma que la llamaron también, pero le recuerda que es su propio dinero y no debería rendir cuentas a nadie por cómo lo utiliza.
Damián intenta calmar la tensión, pidiendo que no escalen la pelea, pero Pelayo no cede. Comienza a mostrar un lado paranoico, recordando cómo descubrió que había un detective privado merodeando la colonia. Aunque Marta destruyó las fotos que lo comprometían, él teme que pueda existir alguna copia, y que demasiadas personas estén sabiendo demasiado.
La conversación vuelve a girar hacia Fina, y Marta deja claro que no va a renunciar a protegerla. Pero Pelayo, cada vez más cruel, lanza una insinuación brutal: sugiere que tal vez Fina ya está gastando la herencia y que pronto Marta tendrá que ir otra vez al banco a por más dinero. Es un golpe bajo que deja a Marta completamente helada.

Dolida, le recuerda que Fina desde el principio rechazó cualquier tipo de regalo valioso, desde joyas hasta dinero. Marta defiende su amor con firmeza y sin dudar: dice que Fina está con ella porque la ama, no porque tenga intereses materiales. Luego, con una pregunta directa, le lanza a Pelayo una verdad difícil de encarar: ¿sabe él realmente lo que significa el amor verdadero?
Pelayo, tocado en su orgullo, responde que Marta no tiene ni idea de todo lo que él ha renunciado en su vida, pero ella le rebate que sí lo sabe. Que por eso mismo lo apoyó en su momento, para que siguiera su propio camino hacia la felicidad. Y que ahora es tiempo de que él también sea coherente con sus elecciones.
Pero la distancia entre ellos parece ya insalvable. Pelayo concluye que, aunque ambos están actuando según lo que creen correcto, están yendo en direcciones opuestas. Se marcha con el corazón cargado. Marta también se va, profundamente herida. Damián queda solo, atrapado en medio de una familia que parece resquebrajarse sin remedio.