Spoiler: Marta comparte con Damián su decisión de ser madre junto a Fina y recibe su apoyo incondicional

En una escena profundamente emotiva y sincera, Marta decide hablar con su padre, Damián, sobre una noticia que marcará un antes y un después en sus vidas. La conversación ocurre en la oficina de Damián, quien, como siempre, la recibe con cariño y su característica mezcla de humor y sensibilidad. A modo de broma, le dice que ya se imaginaba que esa conversación llegaría, mostrando desde el primer momento su intuición y cercanía con su hija.

Tras comentar brevemente algunos asuntos recientes —como la detención del hombre que robó en el dispensario, hecho que trae algo de alivio tras semanas de tensión— Marta cambia el tono. Con seriedad y emoción, le dice que quiere contarle algo importante y que, en realidad, Fina también debería estar presente. Damián, entre risas, adivina el motivo de la charla: “No me digas que vais a darme un nieto.” Marta se queda sorprendida por lo certero del comentario. Él le explica que Pelayo ya se lo había insinuado, aunque le pidió que guardara el secreto.

Ante la confirmación de la noticia, Damián se conmueve visiblemente. Se siente feliz con la idea de ser abuelo y no duda en expresar que ese niño será profundamente amado. Afirma que mientras tenga salud, estará presente para apoyar a Marta y a Fina en todo lo que necesiten. Aunque Marta le responde, medio en broma, que aún está fuerte, Damián le recuerda con sabiduría que nadie es eterno.

Marta le explica entonces el camino que han decidido seguir: viajarán a Londres para someterse a un tratamiento de inseminación artificial. Le cuenta que al principio tuvo muchas dudas, y que de no ser por el apoyo y la disposición de Fina, jamás habría seguido adelante. La presencia de Fina en el proceso fue determinante para que esta decisión cobrara sentido.

Con ternura pero también con franqueza, Damián le advierte que ser madre no será fácil. Además de las dificultades propias de criar a un hijo, deberán enfrentarse a los prejuicios sociales y las críticas, ya que conformarán una familia poco convencional. Marta, sin dudarlo, responde con firmeza que ella, Fina y Pelayo han tomado esta decisión juntos, con plena convicción y compromiso. El trío está unido y decidido a construir este proyecto de vida con amor y responsabilidad.

Damián, conmovido por la madurez de su hija, la abraza con fuerza y le reitera su apoyo. Marta le pide que no celebre todavía, pues el embarazo aún no está asegurado y falta pasar por el tratamiento. Sin embargo, Damián mantiene una actitud esperanzada. Para él, ese futuro bebé no solo traerá alegría, sino que también servirá para silenciar rumores malintencionados sobre el matrimonio de Marta y Fina. Aunque Marta le concede que quizá tenga razón, deja claro que su decisión no está motivada por lo que puedan decir los demás. “Fina y yo no lo hacemos por lo que digan los demás”, afirma con contundencia.

Damián, con ternura y respeto, le responde: “Ya lo sé, hija, ya lo sé.” Y en un gesto que mezcla humor y emoción, concluye diciendo entre risas: “Lo mejor es que viene un huevo de la reina”, usando una metáfora divertida para referirse a la llegada de algo muy especial: su futuro nieto.

Este momento no solo sella una conexión sincera entre padre e hija, sino que representa un paso valiente hacia la construcción de una familia diversa, moderna y cimentada en el amor. La conversación refleja los temores, las dudas y las ilusiones de Marta, así como la comprensión, el respaldo y la sabiduría de un padre que, por encima de todo, solo desea la felicidad de su hija. El futuro aún es incierto, pero en esta escena queda claro que, pase lo que pase, no estarán solas.