Gaspar se confiesa – Spoiler del capítulo
En este episodio vivimos una escena tierna y llena de sinceridad entre dos grandes amigos: Gaspar y Fina. Todo sucede en el comedor, en un ambiente cálido, casi familiar. Gaspar, con ese toque caballeroso que lo caracteriza, le lleva a Fina una taza de manzanilla. Ella, con su humor habitual, se lo agradece con picardía, mientras comenta con una sonrisa el detalle que ha tenido.
Pero pronto cambia de tema y lo provoca un poco, mencionando que ha oído rumores de que él ha vuelto a jugar al dominó. Gaspar lo confirma sin darle demasiada importancia, pero Fina, divertida, lo acorrala: también sabe que su compañera de juego no es otra que Manuela. Él no lo niega; al contrario, lo dice con orgullo y ternura: “¿Quién iba a ser si no?”. Su rostro lo delata, y Fina no puede evitar lanzarle una broma: “Madre mía, estás muy enamorado, ¿eh?”. Gaspar se ríe, sorprendido de lo evidente que resulta. “¿Tanto se me nota?”, pregunta. Fina, sincera, le responde que él para ella es como un libro abierto.

Entonces, Gaspar deja salir todo lo que lleva dentro. Le confiesa que no puede dejar de pensar en Manuela, que la tiene presente en todo momento. Habla con emoción, como un adolescente enamorado, diciendo que siente mariposas en el estómago y que cada minuto que pasa sin ella, lo imagina con ella. Sueña con compartir su día a día, con vivir momentos especiales a su lado. Tiene tantos planes, tanta ilusión, que no sabe por dónde empezar.
Fina lo escucha con ternura, aunque no pierde su toque de sensatez. Le aconseja que no corra tanto, que a veces es mejor ir despacio para no asustar a la otra persona. Lo dice con cariño, con ese tono que mezcla experiencia y preocupación genuina. Gaspar, algo inseguro, le cuenta su próxima idea: quiere invitar a Manuela a un balneario. Le pregunta si cree que eso es precipitado. Fina lo anima, asegurándole que es un plan bonito y que no debería darle tantas vueltas. Está convencida de que Manuela aceptará encantada.
Gaspar respira hondo, emocionado. Se pone más serio, y con una mirada intensa le confiesa a Fina que esta vez siente que es real. Que sí, que lo ha dicho antes, pero que ahora lo dice con el corazón en la mano: ha encontrado a la mujer de su vida. Fina, entre risas y emoción, le responde con humor y cariño, repitiendo sus palabras con un toque de complicidad: “Gaspar, he encontrado a la mujer de mi vida…”. Es un momento encantador entre dos personas que se entienden, que se cuidan y que comparten una amistad verdadera.
La escena nos deja con una sonrisa en el rostro. Vemos a Gaspar completamente enamorado, sincero, vulnerable y lleno de esperanza. Y a Fina, como siempre, siendo ese apoyo firme, cálido y divertido. Una conversación simple, pero poderosa, que refleja el corazón de esta historia: el amor cuando se vive con honestidad, ilusión y confianza.