MARTA Y FINA – Sueños de Libertad Capítulo 319
🎬 Damián busca a Raúl… pero él está ocupado en su juego secreto 😄
En el capítulo 319 de Sueños de Libertad, los secretos y las emociones ocultas salen a flote mientras el deseo de una vida libre late con fuerza tras las paredes del hogar.
Damián recorre la casa de punta a punta en busca de Raúl, ya que necesita con urgencia pedirle un favor relacionado con unos documentos importantes que debe recoger en la fábrica. La tensión se percibe en su rostro mientras lo busca sin éxito por un rato. Finalmente lo encuentra, pero lo que ve le llama la atención: Raúl parece ausente, con la mente en otro lugar, y una inquietante expresión en su rostro delata que algo más le ronda la cabeza.
Al mismo tiempo, en otro rincón de la casa, Manuela se aproxima a una de las habitaciones. Allí dentro, Raúl y María están juntos, tumbados sobre la cama, completamente solos. Cuando escuchan los pasos acercarse, Raúl le pide a María que cierre con llave, un gesto que llama la atención de ella por lo repentino. María, algo desconcertada, le pregunta qué le ocurre, pero él responde con una sonrisa encantadora y evasiva: dice que todo está bien, que simplemente está de buen humor gracias a una buena noticia que ha recibido.
María, con la natural curiosidad de quien ama, quiere saber más, pero Raúl prefiere guardar el secreto por ahora. Le asegura que pronto lo sabrán todos, aunque en ese momento prefiere centrarse solo en ella. Con ternura, le confiesa cuánto anhela los momentos a solas que comparten, y cómo esos instantes hacen que se olvide del mundo y de sus preocupaciones. Le dice que lo único que desea es estar con ella, disfrutar de lo cotidiano, como cualquier pareja libre: dar paseos, ir al cine, compartir una comida.
María sonríe, emocionada, y le responde con sencillez: “Podemos hacer eso todos los días si tú quieres”. Pero Raúl, aunque encantado por la idea, deja entrever un conflicto interior. Admite que su verdadero deseo es poder vivir ese amor a plena luz, sin tener que esconderse, sin miedo ni restricciones. Aun así, reconoce con picardía que ese toque prohibido también tiene su encanto, aunque estaría dispuesto a dejar atrás ese juego de lo oculto si eso significa verla feliz.
La conversación se torna más íntima y esperanzadora. Raúl se acerca a ella con una mezcla de dulzura y determinación. Le abre su corazón con franqueza: aunque ahora solo es un chófer, no piensa quedarse allí. Tiene grandes aspiraciones, sueños que lo impulsan más allá del volante. Quiere triunfar en el mundo del motor, ya sea como piloto o mecánico. Y lo más importante: todo lo que sueña, lo sueña con y por ella. Le promete que trabajará sin descanso hasta convertirse en alguien de quien ella pueda sentirse orgullosa, alguien que pueda construirle un futuro seguro y lleno de amor.
Los dos terminan abrazados, envueltos en un momento de ternura que refleja no solo el amor que sienten, sino también la fe que comparten en lo que está por venir. Sus palabras no solo consolidan su vínculo, sino que también revelan los anhelos de libertad, estabilidad y realización personal que laten bajo su historia de amor clandestino.
Raúl, aunque atrapado entre su vida actual y los sueños que cultiva en secreto, empieza a perfilarse como alguien capaz de romper con su destino para construir uno nuevo… siempre que María esté a su lado.