🎬 Spoiler – Nada nos complacería más a mí y a mi familia que acompañarle en un día tan especial
Hola, promisers, bienvenidos al último video de la semana sobre La Promesa, y qué semana la que hemos tenido. Este final de semana ha dejado momentos caóticos, otros bastante tibios y, como siempre, tramas que se estiran, personajes que se despiden y otros que aparecen sin previo aviso. Y sí, como muchos ya saben, ¡tenemos prime time confirmado para el próximo miércoles tras La Revuelta en RTVE! Un capítulo especial que servirá para cerrar etapas y despedir a algunos personajes.
Pero vayamos por partes, porque lo que ha ocurrido estos días en La Promesa merece un análisis como Dios manda.
🥂 La fiesta: luces, sombras y… decepciones
La esperada fiesta terminó siendo un cóctel algo insípido. Ángela le propinó un golpe bien dado a Facundo, el amiguete de Lorenzo, lo cual puso el toque de caos. Por otro lado, Adriano se soltó con un discurso sobre el amor, Catalina, y todo lo bueno que le pasa últimamente —con agradecimientos especiales a don Lisandro por ese condado que le cayó como anillo al dedo.
Pero en general, lo que debía ser un evento explosivo se quedó corto. Las tramas no avanzaron mucho, y lo que parecía una historia prometedora con Lisandro, fue perdiendo fuerza con el paso del tiempo. Comenzó siendo un personaje cargante y terminó casi desaparecido, sin impacto real. Si este desenlace se supone que es una derrota para Leocadia —como bien apuntaba Juan en su análisis—, entonces vaya enemigos flojitos nos esperan.
Leocadia ha pasado por dramas mucho más intensos, como cuando Hana se le acercaba a Manuel o durante los oscuros enredos con Jimena. Su actual situación, más cercana a la realeza pero sin corona ni contacto físico con Alonso (quien parece no querer ni rozarla), se siente vacía. Un giro que prometía y que, al final, no dejó huella.
🎭 El servicio, los tres mosqueteros y una misión… ¿fallida?
El éxito organizativo de la fiesta le ha valido a López un permiso para visitar el palacio de los duques de Carril. ¿El problema? El plan para infiltrarse allá es digno de una comedia absurda: se hará pasar por un actor de teatro… supuestamente para aprender algo. Sí, lo que oyes. Una idea tan floja que uno no sabe si reír o llorar.
Lo que sí es seguro es que veremos bastante ese nuevo palacio. No hablamos de 50 episodios, pero quizá unos 15 o 20. Y eso se agradece. Salir del entorno habitual de La Promesa y explorar nuevas localizaciones dará aire fresco a la serie. El presupuesto no será como el de Sueños de libertad, pero se nota el esfuerzo por ampliar horizontes con exteriores diferentes, lo cual celebramos.
Ah, y hablando de caras nuevas, se rumorea la llegada de un actor de La Moderna como nuevo hermano de Vera. No recuerdo bien a qué personaje interpretaba, pero todo indica que se trata del hijo del último villano de aquella serie. Ya sabéis cómo es esto: cinco meses sin verlo y la memoria se va…
🔁 Petra, María Fernández… y vueltas al pasado
Volvemos una vez más al eterno bucle con Petra y María Fernández. Petra está de regreso, y como siempre, sembrando tensión. Aún no está claro si solo tiene a María en la mira o si quiere remover todo el avispero. Eso sí, esta vez no llegó con la artillería pesada de entrada: fue directa al expárroco, soltándole lo que sabe… pero sin armar escándalo público. Un Petra más ambigua, menos explosiva, que deja en el aire la pregunta: ¿a qué está jugando ahora?
Y mientras ella va y viene, el cura parece tener los días contados. Otro personaje que podría salir en breve.
💔 Nora, Manuel, Toño y el choque de épocas
La llegada de Nora ha sido sin duda lo más comentado en redes. Su entrada al hangar, la charla con Manuel y Toño, y sobre todo, el rechazo de Manuel, han dado de qué hablar. Pero más allá del guion, lo que sorprendió fue la estética de la escena. Cuando Nora aparecía en pantalla, parecía una serie ambientada en 2024, por sus colores, su ropa, su estilo. Pero al enfocar a Manuel y Toño, volvíamos de golpe a 1916.
Un choque visual curioso, que no es una crítica, pero sí algo digno de analizar. A nivel narrativo, está claro que Nora apunta hacia Manuel, no hacia Toño —aunque haya fans que fantasean con un romance entre estos dos últimos. En teoría, Toño tiene pendiente una trama con Teresa, que seguramente reactivarán cuando convenga. Y por ahí también retomarán el tema de los hijos, alargando la historia un poco más.
👋 Despedidas agridulces: Lisandro y… ¿Emilia?
La salida de Lisandro ha sido más anecdótica que dramática. Dio su discurso, todos le aplaudieron… y se marchó. Si no fuera porque se giró para irse, uno pensaría que ni se iba. Alonso, por poco, abre una botella de champán para celebrar.
Otra despedida que se aproxima es la de Rómulo, quien dejará el palacio tras su boda con Emilia. Una celebración a lo grande, según Alonso, sin escatimar en gastos. Pero aquí llega la parte amarga: Emilia, la futura esposa, ha desaparecido del foco completamente. Parece que solo regresará para casarse, sin mayor desarrollo ni opinión sobre la ceremonia. Un personaje reducido a un rol secundario de apoyo, sin voz ni voto. Una pena, porque merecía más profundidad.
🔚 Conclusión: luces, sombras y muchas dudas abiertas
En resumen, esta semana en La Promesa ha tenido un poco de todo, pero quizá menos de lo que esperábamos. Algunos personajes se van sin pena ni gloria, otros regresan para repetir esquemas, y nuevos escenarios prometen revitalizar un poco la historia.
El miércoles se viene el capítulo en horario estelar, con despedidas importantes. Así que atentos, porque lo que no ha estallado ahora, podría hacerlo pronto.
Yo me despido por hoy. Os leo en comentarios y os espero mañana con los avances de Valle Salvaje. Que paséis buen fin de semana, que el calor no os derrita… ¡y que vuelva el frío pronto!