Spoiler: Pelayo le echa en cara a Marta que no se mude a Madrid con él – Sueños de Libertad

La tensión entre Marta y Pelayo llega a un punto crítico cuando salen a la luz nuevas revelaciones sobre la muerte de Jesús. Según le cuenta Marta a Pelayo, la Guardia Civil ha empezado a dudar que se haya tratado de un suicidio, como se concluyó inicialmente. Tanto su padre como su hermano acaban de informarle que las autoridades están considerando que pudo haber sido un asesinato, y lo más preocupante es que Begoña y Andrés, su cuñada y su hermano, están siendo investigados.

Pelayo, al escuchar esto, no puede evitar manifestar su inquietud. Aunque no cree que Andrés ni Begoña sean culpables, le preocupa enormemente el impacto que esto podría tener en su imagen pública y en sus aspiraciones políticas. Marta se muestra incrédula ante la prioridad que su esposo parece darle a su carrera sobre el bienestar de su familia. Le reprocha que, en un momento tan delicado como este, piense más en las consecuencias políticas que en el hecho de que su hermano y su cuñada podrían acabar en prisión por un crimen que no cometieron.

Pelayo trata de justificarse. Insiste en que no es una cuestión de egoísmo, sino de responsabilidad. Está convencido de que pronto se abrirá una vacante en el cargo de Miguel Ángel, y él necesita posicionarse como el candidato natural para asumir ese rol. Según su visión, cualquier escándalo que toque de cerca a su entorno, especialmente uno tan grave como un posible asesinato, podría destruir su credibilidad.

Marta no puede creer lo que está escuchando. Le recuerda que desde que entró a formar parte de su familia, no ha hecho más que recibir golpes inesperados, y ninguno de ellos ha sido bueno. Le duele que Pelayo, en lugar de apoyarla emocionalmente, se enfoque en sus intereses personales. Él le responde con frialdad que simplemente está siendo realista y que no está diciendo nada que no sea cierto: el mismo día de su boda con Marta, ocurrió el supuesto suicidio de Jesús. Ahora, con el caso reabierto como posible homicidio, teme que las sospechas terminen volviéndose contra los suyos.

Pelayo continúa con su discurso, cada vez más centrado en sí mismo. Se pregunta en voz alta qué pasaría si el asesino estuviera dentro de la familia de Marta. ¿Cómo quedaría él ante la opinión pública? ¿Qué sería de su futuro político? Para él, todo esto no es más que una amenaza directa a su ascenso. Marta, cada vez más indignada, le echa en cara que sabía perfectamente quién era él y cuáles eran sus ambiciones antes de casarse, pero también pensaba que, por encima de todo, era una buena persona.

La discusión se intensifica cuando Marta le pregunta si realmente cree que su carrera es más importante que la posibilidad de que personas inocentes terminen en prisión. Ella le reclama con dolor que siempre logra hacerla sentir que está siendo injusta con él, cuando en realidad es él quien actúa con mezquindad. Pelayo no niega sus palabras, pero tampoco cede. Le dice que tal vez ha llegado el momento de hacerle caso a su madre, quien les ha sugerido mudarse a Madrid mientras todo esto se resuelve.

La propuesta no solo no convence a Marta, sino que la enfurece. Le responde tajantemente que, si él quiere irse a Madrid, puede hacerlo solo, porque ella no va a abandonar a los suyos en un momento así. Marta afirma con firmeza que se quedará al lado de su familia, apoyándolos como siempre ha hecho, sin importar las consecuencias.

El diálogo deja al descubierto una profunda grieta en su relación. Marta muestra su lealtad incondicional a su familia, mientras Pelayo, atrapado por la presión de sus aspiraciones, parece más dispuesto a huir que a enfrentar la situación. Para él, Madrid representa una vía de escape, una forma de distanciarse del escándalo y proteger su imagen. Para ella, huir es sinónimo de traición.

El conflicto entre ambos no es solo por la forma en que enfrentan el problema legal, sino por una diferencia de valores más profunda. Marta valora la integridad, la familia y el apoyo emocional. Pelayo, en cambio, actúa impulsado por el miedo a perder su estatus y su futuro político. Y aunque ambos aseguran comprender al otro, sus acciones revelan que están cada vez más lejos de entenderse.

Este momento de la serie “Sueños de Libertad” es clave, no solo por el giro en la trama del supuesto suicidio convertido en posible asesinato, sino por cómo pone a prueba a los personajes principales. La escena se convierte en un espejo de lo que realmente importa para cada uno, y deja claro que el amor entre Marta y Pelayo podría no ser suficiente para sostenerlos frente a una tormenta como esta.

La tensión entre el deber político y el compromiso personal no podría estar más marcada. Pelayo, en su afán de conservar su proyección pública, empieza a mostrar una faceta más fría y calculadora, que contrasta con la Marta combativa, emocional y profundamente comprometida con los suyos. La escena termina sin reconciliación. Cada uno se mantiene firme en su postura, y el espectador queda con la impresión de que esta crisis no solo marcará un punto de inflexión en la investigación policial, sino también en su matrimonio.