⚠️ SPOILER | ¡PUÑOS Y VERDADES! Lorenzo ataca a Curro… y Alonso reacciona || CRÓNICAS de La Promesa
En La Promesa, las apariencias se desmoronan y la tensión estalla como nunca antes. Esta semana, un violento enfrentamiento entre Lorenzo y Curro sacude los cimientos del palacio, revelando no solo el lado más oscuro del capitán, sino también la determinación de Alonso por no tolerar más abusos. Una escena cargada de tensión, traumas y valentía deja a todos en shock… y cambia el rumbo de varias relaciones clave.
La historia comienza con Lorenzo, cada vez más acorralado. Su autoridad ya no es indiscutida, y la llegada del coronel Fuentes lo pone especialmente nervioso. Sabe que su pasado podría alcanzarlo, y esa presión se traduce en un comportamiento explosivo. En paralelo, Curro, decidido a no seguir siendo una víctima del poder y la manipulación, planta cara a su tío. Ya no es el joven asustado de antes: ahora es un hombre que exige respuestas y se niega a guardar silencio.
En un tenso intercambio, Curro lo enfrenta con frialdad: le reprocha su actitud, sus mentiras y la forma en que ha manipulado a todos, en especial a Martina. La conversación sube de tono rápidamente, y Lorenzo, incapaz de controlar su ira, responde con un puñetazo seco y brutal. El golpe no es solo físico, sino simbólico: un intento desesperado de imponer su dominio sobre alguien que ya no le teme.
Pero lo que Lorenzo no esperaba es la reacción inmediata de Alonso. El conde, que en otras ocasiones había optado por la prudencia o incluso el silencio frente a los excesos del capitán, esta vez no duda. Enterado de la agresión, se presenta de inmediato y exige explicaciones. Su mirada no deja lugar a dudas: está furioso.
En una escena cargada de tensión aristocrática y familiar, Alonso le deja claro a Lorenzo que ese tipo de comportamiento es inaceptable en La Promesa. No importa el parentesco, no importa el pasado compartido: nadie tiene derecho a levantarle la mano a un miembro de la familia, y menos en una casa que él dirige con honor. Esta actitud marca un punto de inflexión en Alonso, que por fin se decide a poner límites firmes.
Mientras tanto, Martina, testigo indirecta del conflicto, empieza a entender la gravedad de la situación. Aunque ha tenido dudas sobre en quién confiar, ver cómo su primo Curro sufre a manos de su propio padre —y cómo Alonso toma partido por él— reconfigura sus lealtades internas. También Catalina, cada vez más enfrentada a Lorenzo en sus decisiones sobre la finca, ve en este hecho una confirmación de que el capitán está completamente fuera de control.
En el servicio, la noticia del golpe corre como un reguero de pólvora. Pía, Rita y Lope comentan el incidente con preocupación, sabiendo que este tipo de tensiones en la zona noble siempre acaban afectando a todos. Cristóbal, el mayordomo, pretende ignorarlo o restarle importancia, pero es evidente que el ambiente está enrarecido y nadie se siente a salvo.
Por su parte, Curro, lejos de amedrentarse, mantiene la cabeza en alto. Le duele el golpe, sí, pero le duele más el intento de humillación. Sin embargo, siente el respaldo de Alonso, y eso le da fuerza. Incluso Manuel, al enterarse, se pone del lado de su primo. Los lazos entre los jóvenes herederos parecen fortalecerse justo cuando los adultos a su alrededor muestran sus peores rostros.
El conflicto también reaviva las sospechas sobre Lorenzo. ¿Qué teme realmente del coronel Fuentes? ¿Por qué se muestra tan agresivo justo ahora? Los más perspicaces comienzan a unir las piezas: hay algo que el capitán esconde, y esa verdad enterrada puede estallar en cualquier momento.
Alonso, más determinado que nunca, empieza a considerar seriamente tomar medidas definitivas contra Lorenzo. Ya no es solo un problema de carácter o disciplina: ahora está convencido de que su presencia en La Promesa es un peligro para todos, y especialmente para los más jóvenes. Por primera vez, se plantea expulsarlo definitivamente del palacio… aunque sabe que eso generará una guerra abierta.
En el lado emocional, Curro y Jana comparten una conversación sincera, donde el joven le confiesa cuánto le ha dolido la violencia de Lorenzo, pero también cómo esa herida lo ha hecho más fuerte. Jana, que ha vivido demasiadas injusticias en carne propia, lo comprende como pocos. Su vínculo se fortalece una vez más, en medio del caos.
La semana culmina con Lorenzo aislado, vigilado y cada vez más acorralado. Ya no es el hombre confiado y manipulador que controlaba los hilos desde las sombras. Ahora, todos lo miran con recelo. Y mientras él prepara su contraataque, Alonso, Curro y Martina parecen dispuestos a formar un frente común. La promesa de justicia, que tantas veces pareció lejana, comienza a hacerse realidad… aunque el precio sea una guerra interna devastadora.