Sueños de Libertad 328 (Marta y Begoña temen que María esté manipulando la situación desde su cama🔥)
En este intenso episodio de Sueños de Libertad, las tensiones comienzan a aflorar entre los personajes más cercanos a María. Mientras ella continúa en proceso de recuperación tras su accidente, Marta y Begoña sostienen una conversación cargada de inquietudes, dudas y sospechas. El foco de su charla no es solo María, sino también Andrés, quien se ha volcado por completo en cuidar de ella, descuidando por completo su propio bienestar.
Desde el principio, Begoña muestra su preocupación por Andrés. Se da cuenta de que su entrega a María, aunque noble, está comenzando a afectarlo profundamente. Pregunta por él, y Marta le informa que sigue encerrado en la habitación, acompañando a María como ha hecho desde el accidente. Ambas coinciden en que Andrés se ha volcado en cuerpo y alma en esa tarea, pero lo está haciendo a costa de su salud física y emocional.
Begoña propone una solución aparentemente simple: buscar a alguien que pueda apoyar a Andrés en el cuidado, aunque sea por unas horas. La idea suena lógica, pero ambas saben que Andrés no aceptará fácilmente. Él se ha puesto esa responsabilidad al hombro y no está dispuesto a delegarla. Su vínculo con María, cargado de historia, culpa y lealtad, hace que no quiera soltar el control.
La conversación toma un giro más delicado cuando Begoña revela que, además de amiga, es enfermera, y que, desde su conocimiento profesional, sabe que María ya debería estar haciendo ciertos ejercicios para avanzar en su recuperación. Ha intentado mencionarlo de forma sutil a Andrés, pero no quiere involucrarse directamente por temor a alterar el equilibrio emocional de la casa. Prefiere que otro profesional lo haga, alguien externo que no esté emocionalmente implicado.
Es en ese momento cuando Marta lanza una advertencia que deja claro su punto de vista. Aunque dice sentir compasión por la situación de María, expresa abiertamente que no confía en ella. La describe como una mujer peligrosa, capaz de manipular tanto a nivel personal como profesional. Para Marta, María tiene demasiado poder: sobre Andrés, sobre la empresa, e incluso sobre decisiones importantes relacionadas con Julia. No quiere que Begoña se vea atrapada en una red de manipulaciones solo por acercarse demasiado.

Ambas mujeres coinciden en un punto clave: Andrés necesita recuperar su vida. Necesita respirar, tomar distancia, pensar en sí mismo. Pero también reconocen que, al menos por ahora, él es la única persona capaz de mantener a María contenida. En el fondo, saben que la situación es insostenible, pero se sienten atrapadas por no saber cómo intervenir sin empeorar las cosas.
El episodio cierra con un tono de suspenso e inquietud. Queda claro que Marta y Begoña quieren proteger a Andrés, pero también reconocen que María no es una víctima pasiva. Hay algo más bajo la superficie, una sensación de que María podría estar utilizando su situación para ejercer control. Ya no se trata solo de una recuperación física, sino de una batalla silenciosa por el poder emocional dentro de la casa.
Este capítulo nos deja con preguntas abiertas: ¿Hasta qué punto María es consciente de lo que provoca? ¿Está manipulando de forma deliberada o simplemente se aferra a la única forma de mantener cerca a quienes aún la rodean? ¿Podrán Marta y Begoña intervenir sin generar un conflicto mayor?
Una entrega marcada por la tensión psicológica, la desconfianza y la fragilidad de las relaciones cuando el sufrimiento se entrelaza con el poder.