Spoiler: “Cristina se marcha, Irene se derrumba y María esconde un milagro”

En el próximo capítulo de Sueños de libertad, las emociones llegan al límite con decisiones que marcan un antes y un después para varios personajes. Cristina, devastada tras descubrir que Irene es su madre biológica y que fue abandonada al nacer, toma una drástica decisión: abandonar la colonia. El dolor es tan intenso que no soporta seguir en un lugar donde cada rincón le recuerda una verdad que la desgarra.

La tensión estalla en el laboratorio cuando Cristina confronta a Damián. Está indignada y no oculta su rabia. Cuestiona cómo es posible que él la haya contratado justo en la misma empresa donde trabajaba Irene. La coincidencia le resulta sospechosa y, sin rodeos, le anuncia su renuncia. Damián, sorprendido, le pide que lo piense mejor, pero Cristina ya ha tomado una decisión firme: se marchará cuando finalice el encargo del perfume del lirio.

Damián intenta calmarla, explicándole que Irene no sabía la verdad cuando ella llegó, pero Cristina no lo cree. En cambio, lo acusa de haberse involucrado en su vida sin un motivo claro. Él, conmovido, confiesa que, aunque no lo hizo con orgullo, sintió una conexión profunda desde el momento en que conoció su historia, como si hablara con su propia hija. Cristina, herida y desencantada, lo acusa de haberla usado como una pieza más en una guerra personal con Pedro Carpena.

Damián reconoce que hay una rivalidad con Pedro, quien le arrebató la empresa con artimañas, pero insiste en que no pretendía utilizarla. Para él, conocer la verdad es doloroso, sí, pero también necesario. Aun así, Cristina siente que su vida ha sido destrozada por completo. Lo único que quiere es alejarse de todo.

Después del enfrentamiento, Damián visita a Irene, quien llora desconsoladamente. Irene le confiesa que Cristina no solo la ha rechazado, sino que también le devolvió las cartas sin querer seguir leyendo. Cree que ya no hay nada que hacer. Damián intenta reconfortarla, recordándole que Cristina ha tenido un día muy duro y que necesita tiempo para asimilarlo. Sin embargo, Irene se hunde aún más al escuchar que su hija piensa marcharse. “Entonces no la volveré a ver nunca más”, murmura con dolor. Damián le asegura que no está sola, que siempre contará con él, pero Irene se siente completamente vacía: “Hace años perdí a mi hija, y ahora que la encontré, la pierdo otra vez.”

Ella se reprocha haber seguido los consejos de Damián, y cuando él admite que Cristina se siente engañada por haber descubierto la verdad de ese modo, Irene, rota por dentro, confiesa: “Yo solo quería demostrarle cuánto la quiero.” Está desesperada por encontrarla y hablar con ella, pero Damián le advierte que ahora no es el momento adecuado. Irene solo alcanza a repetir, una y otra vez, que no debió hacerle caso.

Mientras tanto, la historia da un giro inesperado con María. Esa noche, sola en su habitación, siente un cosquilleo en la pierna mientras lee. De pronto, logra mover el pie, un pequeño pero significativo avance. Su rostro se ilumina de esperanza, pero el momento se ve interrumpido por Gabriel, quien entra justo en ese instante y lo presencia todo. María, nerviosa, intenta disimular, pero él no le cree: “Has movido el pie, María.” Ella le ruega que guarde silencio, temerosa de que si Damián o Andrés lo descubren, la expulsen de la casa como ya intentaron hacerlo antes de su accidente.

Gabriel, con tono solidario, le asegura que están en el mismo equipo. Le revela que ha recuperado el contrato del lirio, que él mismo había echado a perder, y que su amigo Antuán Brosar está a punto de quedarse con la empresa. Su objetivo es claro: sacar a Damián del poder. Le promete a María que si confía en él, juntos podrán lograrlo todo. La alianza está sellada: ella no revelará nada de Gabriel, y él mantendrá en secreto la milagrosa recuperación de María.

María le pide ayuda para conseguir una cita con el mejor neurólogo, en secreto. Quiere saber si realmente podrá volver a caminar. Gabriel acepta con entusiasmo. “Vamos a lograrlo, María. Juntos podemos con todo”, le asegura.

Así, mientras Irene y Damián ven cómo se desmorona la posibilidad de reconstruir el lazo con Cristina, María y Gabriel unen fuerzas en una alianza silenciosa que podría cambiar el rumbo de los acontecimientos.

¿Volverá Cristina algún día y podrá perdonar a Irene? ¿Logrará María mantener en secreto su recuperación? ¿Concretarán Gabriel y Brosar su plan para expulsar a Damián?
Las respuestas están cada vez más cerca… pero también los riesgos.