Spoiler: Avance del capítulo 360 – Sueños de libertad
El amanecer trae consigo nuevos matices en la residencia de los Reina. María comienza su jornada en soledad, tomando su desayuno con una calma que pronto se ve interrumpida por la llegada de Gabriel. Su entrada aporta un aire más liviano a la escena; con tono bromista, se sorprende al verla despierta tan temprano y sin compañía. María, con una sonrisa discreta, le responde que pidió a Andrés que la ayudara a bajar antes de que él se fuera, y aprovecha la cercanía para interesarse por el juicio del día anterior.
Gabriel, con un tono seguro pero sincero, le revela que el juicio fue bien, aunque no estuvo exento de tensiones. Don Pedro le reprendió duramente por su estilo poco ortodoxo en la defensa, pero él no se arrepiente, sobre todo porque su actuación pareció impresionar a una amiga cercana de María. La conversación fluye con complicidad, María le lanza una broma con doble intención sobre cuántos “puntos” ganó exactamente, y Gabriel, lejos de responder directamente, solo sonríe de forma misteriosa.
Cuando María se disponía a contarle algo importante, la entrada de Begoña cambia el rumbo del momento. Gabriel aprovecha para aludir a la actitud comprensiva de Begoña con Diosdado durante el juicio, comentario que claramente incomoda a ella. Begoña, esquiva, cambia de tema y se excusa diciendo que debe ir al dispensario, ya que el trabajo se ha acumulado tras el juicio. Gabriel intenta animarla con palabras de aliento, asegurando que el juez será justo. Ella se despide con cortesía, evitando ahondar en el tema.
María no deja pasar la oportunidad de compartir su opinión: considera que lo que hizo el hombre fue gravísimo y que no debería quedar impune. Begoña, sin embargo, defiende al acusado argumentando que actuó por desesperación para conseguir medicinas para su hija enferma. La conversación se intensifica. María insiste en que las buenas intenciones no justifican delitos, mientras que Begoña responde que hay delitos más graves que quedan sin castigo. María remata con ironía diciendo que si ella ha decidido perdonarlo, entonces ya no hay nada más que discutir. Begoña, molesta, opta por marcharse con un frío “que tengan buen día”.
Gabriel y María retoman el diálogo, y ella, curiosa, le pregunta directamente qué ha ocurrido entre él y Begoña. Sospecha que hay algo más, ya que nota a Begoña muy distante con ella sin motivo aparente. Gabriel evita entrar en detalles y dice que no es el momento para hablar de eso. María le propone salir a conversar en otro sitio, pero él prefiere seguir con su rutina y trabajar como tenía previsto. Ella aprovecha para pincharlo, mencionando que ha oído rumores sobre un nuevo perfume que no está saliendo como esperaba, y le sugiere que incluso su plan empresarial está en crisis.
Gabriel, lejos de ofenderse, responde con firmeza: perder una batalla no significa perder la guerra. Asegura que aún tiene sorpresas guardadas. María se burla, diciéndole que no es un mago y que lo importante ahora es lo que está pasando con Begoña. Él, seguro, le dice que no se preocupe, que todo entre ellos va perfectamente. María no se lo cree ni por un segundo y lo expresa con sarcasmo.
Entonces Gabriel lanza una bomba: le cuenta que besó a Begoña. María se queda en shock y le pregunta si ella correspondió. Él asegura que sí, aunque intentó disimularlo. Según él, Begoña tiene sentimientos que no quiere admitir. María lo llama vanidoso, pero él está convencido de que muy pronto Begoña no podrá resistirse a él.
Mientras tanto, en otro rincón de la fábrica, Damián habla con Luis en el laboratorio hasta que aparece Cristina. Luis se retira y Damián le pide hablar. Cristina, aún dolida, le dice que no está dispuesta a escuchar reproches. Damián le pide que lo escuche y admite que formó parte de un plan, pero niega haber querido hacer daño. Cristina le reprocha haber destruido su vida y la de Irene. Damián intenta hacerle ver que sin saber la verdad, Irene no era feliz.

Cristina reconoce que ha descubierto una nueva pasión en su trabajo y que Damián ha sido un mentor excelente. Él aprovecha para preguntarle si eso no es suficiente motivo para quedarse. Cristina admite que le están poniendo las cosas difíciles. Damián le confiesa que le dolería mucho su partida y que ve en ella una gran humanidad. Cristina se muestra agradecida y promete que, cuando tenga una decisión, se la hará saber.
Luego, Cristina llama a su madre. Algo ha empezado a cambiar en su interior.
Al mismo tiempo, Begoña conversa con Luz y le confiesa que está empezando a sentir algo por Gabriel. Le habla del juicio y de cómo Gabriel defendió con vehemencia al acusado, incluso en contra de los intereses de la empresa. Luz le pregunta si eso generó consecuencias, y Begoña le cuenta que sí, que un conocido de don Pedro informó de su actitud y él fue reprendido. Aun así, Gabriel no se inmutó.
Begoña admite que admira su valor y sentido de justicia. Luz percibe el entusiasmo en su voz y bromea con que habla mucho de Gabriel últimamente. Begoña lo niega al principio, pero luego confiesa que Gabriel ha sido muy atento con ella y con su hija. Luz menciona lo importante que es Julia para ella, y Begoña recuerda cómo Gabriel la ayudó a animarse un día que Andrés no pudo cumplir una promesa con la niña.
Luz le pregunta si cree que a Gabriel le gusta. Begoña, con duda, responde que tal vez. Finalmente, le cuenta que él la besó. Luz, asombrada, le pregunta si le gustó. Begoña, algo avergonzada, reconoce que sí, pero que le resulta extraño empezar algo con otro hombre. Luz la anima a dejar el pasado atrás, recordándole que Andrés ya no está en su vida y que merece ser feliz. Además, destaca que Gabriel no solo es íntegro, sino también muy atractivo.
Este capítulo está cargado de sentimientos cruzados, confesiones inesperadas y decisiones que marcarán un antes y un después en la vida de sus protagonistas. La línea entre el pasado que se quiere dejar atrás y el presente que se empieza a construir se vuelve más fina, y cada personaje parece encontrarse en una encrucijada emocional. La tensión, la atracción y la verdad se entrelazan en una historia que no deja de evolucionar.