⚠️ SPOILER ⚠️

Sueños de Libertad
(Andrés y Damián arriesgan todo para descubrir la verdad tras la muerte de Jesús)

En este inquietante avance de Sueños de Libertad, el misterio que rodea los últimos momentos de Jesús sigue marcando profundamente a la familia Reina. La tragedia ha dejado un vacío enorme, pero también muchas preguntas sin respuesta. Andrés, decidido a no dejar el asunto en el olvido, inicia una búsqueda incesante por la verdad, acompañado esta vez por Damián, quien también está dispuesto a llegar hasta el fondo, cueste lo que cueste.

La investigación toma un rumbo inesperado cuando aparece el nombre de Ricardo Gorriz, una figura que rápidamente se convierte en pieza central del enigma. Su paradero es incierto, su implicación dudosa, pero su nombre resuena con fuerza en cada conversación. Andrés está convencido de que Gorriz oculta algo importante y está dispuesto a seguir cada pista, por pequeña que sea.

En una tensa conversación con Damián, Andrés revela que ha logrado identificar a Juana Gorriz como hermana de Ricardo, aunque ese es el único dato fiable que ha conseguido tras hablar con ella. La situación se complica aún más cuando Begoña entra en escena, seria y directa, dejando claro que quiere respuestas. Andrés le ofrece algo de beber, pero ella va al grano: quiere saber qué ha averiguado.

Andrés le explica que habló con Juana, pero que sospecha que le mintió. Ella afirmó no saber cómo contactar a su hermano, pero Andrés no le cree. Está seguro de que lo está encubriendo. Begoña coincide: si Juana está ocultando la ubicación de Ricardo, probablemente lo esté protegiendo por algo serio. Entonces Andrés revela una conexión aún más alarmante: el director Evan fue quien realizó el giro de dinero relacionado con Gorriz, y Jesús había hablado con él poco antes de morir para pedirle información sobre sus cuentas.

La tensión aumenta cuando Andrés admite que el director le insinuó que Jesús tenía algo pendiente con Gorriz y que insistía en saber todo sobre él. Begoña, con gesto de preocupación, apunta que entregar información bancaria sin autorización es ilegal. Pero Andrés recuerda bien cómo era su hermano: cuando se proponía algo, no paraba hasta lograrlo.

Damián, que hasta ese momento había permanecido callado, irrumpe con firmeza: si Jesús estaba investigando a Gorriz, entonces ese hombre no podía estar actuando por su cuenta. Andrés lo respalda: Jesús debió descubrir algo turbio y quería entender de qué se trataba. El ambiente se vuelve denso, lleno de sospechas. Todos están conscientes de que están ante algo mucho más grande de lo que pensaban.

Lo más desconcertante es la revelación sobre el dinero: fue ingresado en efectivo, sin origen declarado. Andrés reconoce que prometió no revelar lo que le dijo el director, pero el daño ya está hecho. Damián insiste en que esa información basta para sospechar que Jesús había descubierto una verdad peligrosa. Begoña, cada vez más implicada, formula la pregunta clave: si Jesús no usó esa información para chantajear a nadie, ¿entonces quién pagó y con qué objetivo?

La respuesta que plantea Andrés es clara y preocupante: Gorriz recibió dinero con el fin de causar inestabilidad en la empresa y debilitar el liderazgo de Joaquín. Damián, más perspicaz, va un paso más allá y sugiere que alguien debió beneficiarse de esa maniobra. Begoña no duda al señalar un nombre: Pedro Carpena.

El silencio que sigue a su afirmación es revelador. Andrés duda. Aunque nunca confió del todo en don Pedro, le parece contradictorio que se volviera en contra de los Merino cuando ya era aliado de ellos, sobre todo considerando su cercanía con Digna. Pero Damián, molesto, le recuerda que Carpena es capaz de todo con tal de lograr sus objetivos.

Andrés intenta mantenerse objetivo. Señala que don Pedro vendió su fábrica para apoyar el proyecto del balneario, lo que parece indicar compromiso. Pero Damián no se convence: la manera en que vendió esa fábrica, entregándosela a los italianos sin preocuparse por las consecuencias, le parece más que sospechosa.

Intentando buscar otra hipótesis, Andrés propone que tal vez el responsable sea Floral, como posible competidor. Damián descarta rápidamente esa opción: la competencia no es el enemigo, es parte del juego. Andrés entonces plantea otra posibilidad: ¿y si Brosart quiso vengarse de Jesús tras el fracaso de una negociación? Damián tampoco lo ve plausible. Si bien Jesús no logró el acuerdo, poco después le ofrecieron un puesto en París, lo que demuestra que no había animosidad ni razones para atacarlo.

Pero Begoña, conectando los hechos, señala que todo eso ocurrió muy cerca del fallecimiento de Jesús. Entonces, ¿podría todo haber sido más que una coincidencia? ¿Y si no fue un suicidio? En ese momento, Damián toma la palabra con una convicción estremecedora: Jesús no se quitó la vida, alguien lo apartó del camino porque sabía demasiado.

Le pide a Andrés que no se detenga, que encuentre a Ricardo Gorriz, que averigüe quién lo financió y por qué. Le da su apoyo total. Lo que está en juego ya no es solo una sospecha, sino la justicia para Jesús.

El episodio deja al espectador en vilo. Hay demasiadas piezas sueltas, demasiadas sombras en una historia que, hasta ahora, parecía cerrada. Las preguntas quedan flotando en el aire: ¿qué descubrió Jesús? ¿Quién quería silenciarlo? ¿Logrará Andrés llegar hasta la verdad? ¿Aparecerá Don Pedro en medio de esta investigación como un actor clave o como uno de los responsables?

El capítulo concluye con un llamado a los seguidores de la serie: ¿qué crees tú que ocurrió? ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Y qué papel jugarán Andrés, Damián y Begoña en el desenlace?

Muy pronto habrá nuevas respuestas… y seguramente más secretos por descubrir.