Sueños de Libertad Capítulo 314: Don Pedro y el misterio del giro bancario 🔥🔥🔪

En el episodio 314 de Sueños de Libertad, los secretos enterrados comienzan a emerger y los fantasmas del pasado amenazan con destruir los frágiles equilibrios familiares. El capítulo arranca con Begoña profundamente perturbada por las circunstancias que rodearon la muerte de Jesús. Aunque la versión oficial habla de suicidio, ella no logra quitarse de la cabeza la posibilidad de que se trate de algo mucho más oscuro.

Le plantea a Andrés su temor: “¿Y si tu padre tiene razón? ¿Y si alguien lo mató?”. Andrés, con tono cansado, intenta ponerle fin al tema recordándole que la Guardia Civil cerró el caso con pruebas concluyentes. Sin embargo, Begoña no se conforma. Cree que hay piezas que no encajan, como los planes que Jesús tenía para ir a París con la niña y el piso que ya había conseguido. Nada de eso corresponde a una persona decidida a acabar con su vida.

A medida que el diálogo avanza, Andrés se impacienta. Acusa a su padre de querer encontrar un culpable a toda costa y de haber elegido a don Pedro como blanco de su odio. Pero cuando Begoña menciona el misterioso giro bancario que vincula a Gorris con el caso, Andrés empieza a mostrar dudas. Supone que Gorris podría haber sido sobornado por un rival empresarial, igual que el infiltrado, pero admite que todo eso es solo una conjetura.

En paralelo, el capítulo nos lleva a una escena inquietante en la capilla del pueblo. El sacerdote cita a don Pedro con la excusa de hablar sobre las obras en curso, pero en realidad, la conversación gira en torno a los rumores surgidos en el arzobispado. El cura le comenta que durante unas copas con el monseñor Mercader, salió a relucir su nombre y su firme postura contra la anulación de matrimonios… insinuando que él fue responsable de impedir la unión entre Andrés y María.

Don Pedro, visiblemente molesto, niega haber tenido participación alguna en eso. El tono de la charla se torna tenso cuando sospecha que el sacerdote está intentando manipularlo. La escena culmina con una amenaza velada: le recuerda al padre que contribuye generosamente al arzobispado y le advierte que no juegue con fuego. Lo que parecía una visita religiosa termina en un claro enfrentamiento por el control de la narrativa y la reputación.

Más tarde, don Pedro regresa a su despacho en un estado de agitación evidente. Allí lo espera Irene, quien, lejos de limitarse a tomar notas, lo confronta directamente. Le informa que Andrés ha salido de viaje a Cádiz, un dato que ella misma verificó con un llamado encubierto a la base de transporte. Allí le confirmaron que no esperan a nadie de su empresa, lo cual refuerza la teoría de que Andrés está tras una pista personal… y peligrosa.

Don Pedro, al ver cómo se alinean las piezas, empieza a comprender la magnitud del problema: Gorris, vinculado a un giro bancario sospechoso, tiene una hermana en Cádiz. Andrés, acompañado probablemente por María, está husmeando en los papeles de Jesús, buscando una verdad que puede desmoronar el castillo de mentiras construido cuidadosamente por don Pedro.

Irene no oculta su miedo. Sabe que si Gorris habla, la verdad saldrá a la luz: sobre el giro bancario, sobre la implicación de don Pedro en el final de Jesús, y sobre toda la red de manipulación que han sostenido para mantener el poder. Don Pedro, aunque tenso, le pide calma. Promete encargarse de todo. Pero el pánico es compartido: ambos están al borde del colapso, y si caen, será juntos.

La escena final es impactante. Don Pedro, con el rostro sombrío y la decisión reflejada en cada gesto, toma el teléfono y marca un número. Sabemos que esa llamada puede cambiarlo todo. Si lo que ha mantenido oculto hasta ahora está en peligro de salir a la luz, él hará lo necesario para impedirlo… cueste lo que cueste.