🔥 Sueños de Libertad Capítulo 320 – Tasio se rebela tras ser apartado de la empresa por Don Pedro 🔪
🧨 Spoiler extendido (parafraseado – 1000 palabras aprox.):
En los capítulos 319 y 320 de Sueños de Libertad, la tensión se intensifica en todos los frentes. Don Pedro, movido por su ambición y el deseo de limpiar su imagen ante la inminente boda con Digna, decide destruir cualquier rastro que pueda comprometerlo. Esto incluye una carta devastadora escrita por Inés, donde confesaba sus pensamientos más oscuros tras una dura revelación amorosa. Sin dudarlo, Pedro lanza la carta al fuego, eliminando así el último vestigio de una verdad que le resulta incómoda.
Mientras tanto, una noticia impactante sacude a Damián: se entera de que Begoña fue la última persona que vio con vida a Jesús antes de su trágica muerte. Esta revelación lo descoloca por completo. Le cuesta comprender cómo alguien tan cercano pudo haber ocultado un dato tan crucial. La desconfianza comienza a calar hondo, justo cuando la empresa familiar atraviesa una reestructuración interna que termina por romper un lazo aparentemente sólido.
Uno de los giros más dramáticos ocurre con Tacio, quien, tras ser destituido de su cargo como subdirector por decisión directa de Don Pedro, estalla. Este golpe lo siente como una traición personal. Lo que en principio parece una disputa laboral se convierte en una batalla cargada de resentimiento y reproches. Tacio no solo se siente desplazado profesionalmente, sino también humillado como ser humano. La confianza en Pedro se ha quebrado, y con ello nace un conflicto que se traslada al corazón del consejo directivo.
La tensión crece también en el ámbito emocional. Damián, aún incapaz de superar la pérdida de su hijo, vive atrapado entre el dolor y la rabia. Encuentra en Andrés un confidente, pero ni siquiera esa conversación lo libera de su angustia. Su sufrimiento se multiplica al descubrir que Pedro, el mismo hombre al que responsabiliza de varias tragedias, sigue siendo una figura influyente y está a punto de casarse con Digna, la mujer que él aún ama.
Por su parte, Tacio se mantiene firme en su postura rebelde. Considera que su despido fue un acto de injusticia y no está dispuesto a colaborar con ninguna propuesta impulsada por Pedro. Lo que era una diferencia personal se transforma en un desafío político. Tacio comienza a actuar como un opositor activo dentro del consejo, decidido a bloquear cualquier decisión de su antiguo aliado, al que ahora ve como enemigo.
Don Pedro, acostumbrado a manipular desde las sombras, se ve presionado a tomar decisiones comprometidas. En un giro inesperado, accede a un chantaje de Don Agustín, quien oficiará su boda con Digna. Esto marca un momento clave en la trama: Pedro, dividido entre su deseo de poder y su necesidad de mantener una apariencia de estabilidad, revela un lado vulnerable poco habitual en él.
La trama se enreda aún más cuando Begoña es interrogada por el sargento Pontón. La policía ha descubierto que estuvo con Jesús la noche en que falleció, y la situación se complica. Ella admite el encuentro, asegura que Jesús tenía planes para el futuro y no mostraba signos de querer acabar con su vida. Pero el sargento insiste en que las denuncias anteriores que hizo contra él empañaron su imagen. Además, cuestiona por qué seguía viviendo con la familia Reina si legalmente ya no tenía vínculo con Julia.
Al mismo tiempo, Damián intenta localizar a Raúl, pero Manuela lo distrae para evitar que descubra lo que ocurre en realidad: Raúl está con María, en una situación íntima que, de descubrirse, podría causar un escándalo. Manuela protege a la pareja por esta vez, pero les advierte que no los cubrirá nuevamente.

Más adelante, Damián se encuentra con Andrés y Begoña en su despacho. Ella le revela que recibió una nota anónima advirtiendo a la policía sobre su encuentro con Jesús. Cree que fue María quien la delató. Damián estalla al enterarse de que Begoña guardó la carta en secreto durante un día entero. Sospecha que Pedro fue quien alertó a la Guardia Civil, mientras Andrés intenta calmarlo y señala que tal vez se equivoca.
Sin embargo, las sospechas de Damián no disminuyen. Piensa que Pedro se siente acorralado y está dispuesto a cualquier cosa para mantener su poder. Andrés le pregunta si algo más le preocupa, y Damián, con seriedad, confiesa que cometió un error: le dijo a Digna que no debía casarse con Pedro. Esto despierta la preocupación de todos.
Begoña reacciona con incredulidad, y Andrés lo reprende por haber hablado sin pruebas. La situación es delicada, y todos lo saben. Pedro tiene muchos enemigos, algunos dentro de su propio entorno, y su boda podría ser el detonante de una nueva catástrofe. Para colmo, Julia —la niña en el centro de tantas disputas— podría terminar siendo una víctima colateral si los conflictos estallan sin control.
La historia se acerca a un punto de ebullición. Tacio, herido y decidido a no retroceder, se prepara para una lucha frontal dentro del consejo. Damián se enfrenta a sus propios errores y al dolor que no cesa. Y Pedro, en un intento por mantener su dominio, podría estar cavando su propia tumba. Todo se mueve con rapidez, y nadie está a salvo. La verdad, tarde o temprano, saldrá a la luz.