Sueños de Libertad – Capítulo 322

(¡Se acabó el néctar de la flor! Raúl rompió toda relación con María 😭)

📆 Fecha de emisión: próximamente

El capítulo 322 de Sueños de Libertad llega cargado de despedidas, tensiones familiares y el final de una relación que, aunque secreta, marcó profundamente a dos personajes.

La jornada inicia en la casa de los Reina, donde Begoña se alista para asistir a la boda de Digna. En ese momento, Marta le entrega un regalo muy especial: una de sus lociones preferidas. Begoña, con humildad, intenta rechazarlo, pero Marta insiste con cariño. Ambas comentan aliviadas que el conflicto con el sargento Pontón no fue a mayores y que María finalmente dejará la casa. Mientras Marta celebra la partida de María, Begoña, aún dolida, no puede evitar sentir algo de compasión.

Marta, sin rodeos, le recuerda que María le hizo mucho daño, y aunque reconoce que la situación de ella ha sido difícil, cree que su salida es un alivio. Begoña, sin embargo, considera que el dinero no le dará la felicidad a María, y que la verdadera pena es que esté completamente sola.

En el jardín, Manuela encuentra a María llorando. Al preguntarle qué le pasa, María responde con sarcasmo, revelando que ni siquiera podrá asistir a la boda… su propio marido no se lo permite. Entre lágrimas, confiesa que ese mismo día deberá abandonar la casa, ya que Andrés y su padre la han echado, entregándole las llaves de un departamento en Madrid. Manuela intenta consolarla, pero María, dolida y resentida, solo alcanza a decir que todos en esa casa son unos miserables.

Por otro lado, Marta le advierte a Begoña que deben estar atentos a lo que María pueda hacer con las acciones de la empresa. Cree que, incluso en la distancia, María buscará vengarse. Begoña solo desea que ella rehaga su vida, pero Marta insiste: María no cambiará. Begoña reconoce que su enfrentamiento con ella le sacó su peor versión.

La conversación deriva en sus propias penas amorosas. Marta, con ternura, le recuerda que aunque ella y Fina no pueden vivir su amor abiertamente, lo importante es que se aman. Begoña, en cambio, siente que su relación con Andrés es imposible mientras él siga casado con María.

En un momento clave del capítulo, María se cruza con Raúl en el jardín. Ella, con cierta esperanza, le pide que la lleve a Madrid, ya que se muda ese mismo día. Sin embargo, Raúl la rechaza fríamente. Le dice que ya tiene planes y le desea suerte, sin más. María, desconcertada y herida, intenta apelar a lo que vivieron juntos, pero Raúl no cede. Le dice que esperaba ser tratado con respeto, no como un objeto.

La conversación se torna cada vez más amarga. María admite, casi en un susurro, que nunca quiso hacerle daño. Pero Raúl, dolido, le dice que fue solo un pasatiempo para ella, que nunca tuvo intención real de estar con alguien como él. La ruptura se consuma con una frase lapidaria:
“Lo nuestro terminó, doña María. No espere que corra detrás suyo ahora que su marido la echó.”
Raúl se marcha, dejando a María una vez más sola, humillada y destruida emocionalmente.

Mientras tanto, en otro rincón de la casa, Damián tiene una conversación seria con Andrés y Marta. Les revela algo inesperado: ha llegado un familiar suyo desde lejos. Se trata de Gabriel, el hijo de su hermano Bernardo, a quien creían desaparecido. La revelación sorprende a todos, especialmente cuando Damián admite que durante años negó la existencia de ese hermano, tras una dolorosa ruptura familiar.

Andrés y Marta se muestran escépticos, preguntando por qué este sobrino aparece justo ahora y si realmente es quien dice ser. Damián, molesto, les aclara que su historia coincide con la que él conocía y que no quiere cuestionamientos:
“Solo quería informarles. Lo que haga o deje de hacer es asunto mío.”

Este episodio deja en claro que María ha perdido todos sus vínculos, que Raúl ha recuperado su dignidad a un alto costo emocional, y que nuevos secretos familiares podrían alterar aún más el equilibrio de los Reina.