🔍 SPOILER: Hola queridos suscriptores, aquí el adelanto de los capítulos 327 y 328 de Sueños de Libertad
La tensión alcanza un nuevo nivel en estos impactantes episodios. Damián empieza a conectar hechos del pasado y presente que apuntan directamente a Don Pedro, mientras la estabilidad emocional de varios personajes se desmorona. En medio de intrigas, secretos familiares y decisiones que cambiarán destinos, los capítulos 327 y 328 revelan que la verdad está más cerca que nunca… aunque cueste demasiado.
Todo comienza cuando Don Pedro se da cuenta de que Damián está cada vez más cerca de descubrir su implicación en varios eventos oscuros. La sospecha de que tuvo algo que ver no solo con la destitución de Joaquín como director de la fábrica, sino también con la trágica muerte de Jesús, pone en jaque su aparente tranquilidad. Por primera vez, Pedro siente que el control se le escapa de las manos.
Damián, decidido a llegar al fondo del asunto, empieza a investigar sin descanso. Y aunque su hermana Digna al principio se resiste a creer en las acusaciones contra Pedro —su principal apoyo durante años—, no puede evitar que una parte de ella empiece a dudar. El conflicto emocional la abruma: ¿y si Damián tiene razón? ¿Y si Pedro no es el hombre que siempre creyó?
Con el corazón roto por la duda, Digna enfrenta a Damián en un tenso cara a cara. Intenta mostrarse fuerte, pero su voz delata el temor que siente. Le exige pruebas y le pide que no destruya lo poco que queda de la familia. Sin embargo, Damián se mantiene firme. Asegura que no se trata de venganza, sino de justicia. El enfrentamiento deja claro que los secretos del pasado están a punto de salir a la luz… cueste lo que cueste.
En otro momento clave, Irene regresa con el alma encogida al sitio donde, años atrás, fue separada de su hija recién nacida. Junto a los recuerdos de Rafael Rojas, Damián y Pedro, comienza a surgir una pregunta que la sacude: ¿y si Cristina, la nueva ayudante en la fábrica, fuera su hija perdida?
Mientras tanto, en la casa de los De la Reina, el ambiente es cada vez más tenso. Andrés, completamente entregado al cuidado de María, se olvida de todo lo demás. Su mundo gira en torno a ella, ignorando incluso su propia salud. Luz, preocupada, intenta hacerlo entrar en razón. Le recuerda con crudeza que los médicos no ven posibilidad de que María vuelva a caminar. Pero Andrés se niega a rendirse.
A pesar de todo, Damián y el doctor Herrera no pierden la fe y deciden buscar una segunda opinión. Logran dar con un especialista que podría dar esperanza. Andrés, al saberlo, vuelve a soñar con un milagro, aunque en el fondo teme el precio que podría pagar si se aferra a una ilusión.
En medio de esta situación, Digna abandona la casa, dejando todo el peso de la responsabilidad doméstica sobre Gema. Abrumada por las tareas, el trabajo y la presión emocional, Gema comienza a sentirse al límite. Joaquín nota su agotamiento y le sugiere que busque ayuda, pero sus palabras se pierden en el ruido de las obligaciones.

Por otro lado, Damián, emocionado por la llegada de su sobrino Gabriel, organiza una cena en su honor. Encarga a Manuela los detalles del evento y comparte con ella y Begoña la historia que lo une a Gabriel. La cena transcurre con calidez… hasta que Raúl irrumpe con acusaciones directas contra Andrés.
Sus palabras, cargadas de resentimiento, siembran una duda peligrosa en Begoña. Por primera vez empieza a cuestionar si Andrés ha sido completamente honesto con ella. ¿Hay algo que no le ha contado?
María, por su parte, se encierra en su dolor. Rechaza visitas y busca consuelo en el silencio. Pero Begoña, decidida a no dejarla sola, entra en su habitación acompañada de Julia. Aunque al principio María se muestra distante, la ternura de la niña logra ablandar su corazón. A pesar del pequeño avance, Begoña no puede evitar preocuparse: ¿podría María estar transmitiendo una versión distorsionada del accidente a la pequeña Julia, influida por el rencor?
La tensión sube otro peldaño cuando Don Pedro irrumpe en la casa de los De la Reina fuera de sí. Su rostro y su tono revelan lo que ya es evidente: ha perdido la calma. Enfrenta a Damián y lanza una amenaza directa. El clima se vuelve más peligroso que nunca: el juego ha cambiado, y todos están en riesgo.
En otra escena, Rafael Rojas se despide de Damián tras haber espiado discretamente a Irene. Antes de marcharse, le deja a Damián una información clave: una pista que podría revelar la verdadera identidad del padre de Cristina. Este dato, de confirmarse, tiene el poder de transformar radicalmente sus vidas.
Damián, al conocer la verdad, se ve golpeado por el nivel de daño que Pedro causó a Irene. Sin embargo, a diferencia de Digna, él elige guardar silencio… por ahora. Se contiene, sabiendo que ese secreto podría ser una bomba emocional demasiado grande.
Finalmente, María continúa demandando toda la atención de Andrés. Su dependencia es tan abrumadora que Begoña empieza a ver con claridad algo que no quería aceptar: María no solo está herida… también está usando esa situación para vengarse. Y el objetivo no es solo Andrés, sino también ella.