⚠️ Spoiler: Sueños de Libertad – Capítulo 343 | Decisiones, sospechas y corazones rotos
En el capítulo 343 de Sueños de Libertad, las emociones están a flor de piel y los secretos amenazan con salir a la luz. Todo comienza con una inesperada conversación entre Damián y Raúl, interrumpiendo un momento con Andrés. Raúl, visiblemente nervioso, le anuncia su decisión de dejar el trabajo. Aunque Damián intenta entender sus motivos, Raúl insiste en que se trata de una cuestión personal, sin relación con el sueldo ni con la familia. A pesar del buen trato recibido, admite que se equivocó en su elección de oficio: su verdadera pasión no es conducir, sino reparar motores. Anhela volver al mundo de la mecánica.
Damián, algo confundido pero comprensivo, acepta su decisión, aunque insiste en que Raúl permanezca hasta encontrar un reemplazo. Raúl accede y promete ayudar si conoce a alguien que pueda ocupar su lugar.
Paralelamente, María se despierta cuando Andrés entra a su habitación. Tras una breve charla, ella le pide que la lleve a la galería. En el camino, Andrés menciona que pronto habrá un nuevo chófer, y al notar la reacción de María, comienza a sospechar. Su insistencia lo lleva a preguntar directamente qué relación existe entre ella y Raúl. María se molesta y finge sorpresa, intentando desviar la conversación. Andrés confiesa que ha notado el enamoramiento de Raúl, y aunque no tiene pruebas, su intuición lo inquieta. La conversación se tensa rápidamente, con acusaciones veladas y reproches por errores del pasado, especialmente en torno a Víctor. Aunque Andrés pide disculpas, la desconfianza ya está sembrada.
Más adelante, en la galería, Raúl intenta acercarse a María para explicarse. Ella, a la defensiva, le recrimina haber hablado con Andrés y haberla expuesto. Raúl asegura que no reveló la verdad, pero María está convencida de que él le dio a entender a su marido que hubo algo más entre ellos. Raúl, dolido, insiste en que todo lo hizo por amor y para no manchar su honra, pero María no cede. Le exige que la olvide y le deja claro que lo suyo nunca debió ocurrir. Él, devastado, reconoce que para ella solo fue un pasatiempo y concluye que ojalá nunca la hubiera conocido. Raúl se marcha afectado, mientras María rompe en llanto.
En otro frente, Marta se encuentra con Pelayo, quien busca disculparse por la presión que le ha estado ejerciendo últimamente. Sin embargo, más allá de las disculpas, le hace una propuesta inesperada: formar una familia juntos y que Fina, con quien Marta tiene una fuerte conexión, también participe en la crianza del futuro hijo, como una figura materna adicional. Marta queda desconcertada. La idea de una familia compartida y poco convencional la sorprende, y aunque no rechaza la propuesta de inmediato, deja claro que necesita tiempo para reflexionar.
Este capítulo es un torbellino de sentimientos, decisiones difíciles y relaciones al borde del colapso. Los vínculos entre los personajes se tambalean, las sospechas se intensifican, y los caminos personales comienzan a redefinirse. La serie continúa profundizando en sus tramas con valentía, explorando lo emocional con realismo y sensibilidad.