🌩️ El final se acerca – Avance semanal de Sueños de libertad (del 16 al 20 de junio)
Los lazos de sangre, amor, odio y traición están al límite en Sueños de libertad. La semana del 16 al 20 de junio traerá revelaciones intensas, enfrentamientos amargos y jugadas maestras. Todo se tambalea mientras las máscaras caen una a una.
Lunes – Rupturas y sospechas
La semana inicia con tensión absoluta: Raúl, devastado por el accidente de María, descarga su ira contra Andrés en la fábrica. El enfrentamiento es brutal, con acusaciones directas que casi terminan en golpes, hasta que Manuela interviene. Pero la rabia queda sembrada, presagiando futuras explosiones.
Andrés, entre la culpa y el agotamiento, intenta aclarar las cosas con María, pero ella manipula la situación con lágrimas y frases punzantes. Mientras tanto, en el laboratorio, Cristina comete un error grave alterando una fórmula de perfume, lo que desata la furia de Luis y amenaza su futuro en la empresa.
Don Pedro, acorralado por Damián y la creciente desconfianza de Irene, intenta recuperar el control, pero sus secretos comienzan a filtrarse. María, lejos de estar en estado de víctima pasiva, mueve sus hilos con precisión: manipula a Raúl para que se aleje de Andrés, pero sin soltarlo del todo.
La noticia de los médicos de que María podría no volver a caminar destruye emocionalmente a Andrés, que promete quedarse a su lado sin importar lo que cueste. Begoña, testigo de este sacrificio, se siente desplazada y desesperada por abrirle los ojos. Pero Andrés, ciego de culpa, no escucha.
Un nuevo rostro aparece en la colonia: Gabriel, primo de Tacio y sobrino de Damián, llega para revolucionar más las cosas. Su conexión inmediata con Begoña marca el inicio de un nuevo capítulo.
Martes – Decisiones dolorosas
Raúl, tras lo ocurrido, intenta disculparse con Andrés y toma la difícil decisión de dejar su trabajo. Manuela intenta defenderlo, pero Andrés empieza a sospechar del vínculo entre María y Raúl.
En casa de Carmen, su hermano Chema llega con planes poco confiables. Tacio, siempre alerta, lo ve como un parásito, pero Carmen lo defiende. Los problemas familiares se acumulan mientras el resentimiento crece.
Begoña, devastada, observa cómo Andrés se consume en su devoción a María. Joaquín, por su parte, sigue convencido de que fue víctima de un sabotaje y comienza a tantear a Irene, quien reacciona de manera que delata que hay algo que esconder.
Luis y Cristina tienen una conversación sincera tras su enfrentamiento, y deciden colaborar en un nuevo proyecto. Mientras tanto, Gabriel comienza a integrarse al círculo familiar, pero su presencia despierta celos en Tacio, que se siente desplazado.
Raúl, antes de marcharse, confiesa a María que cree estar enamorado. Ella, manipuladora hasta el final, usa esta declaración a su favor.
Miércoles – Máscaras y verdades
Irene, cada vez más dividida, intenta advertir a Pedro sobre Joaquín. Pedro, en un gesto torpe, trata de calmar a Joaquín con falsas promesas, lo que solo incrementa las sospechas.
Chema descubre que Tacio es también un “de la Reina” y busca aprovecharse de ese vínculo. Andrés decide darle otra oportunidad a Raúl, pero le exige lealtad total.
Se revela finalmente que Gabriel es hijo de Ricardo, hermano de Damián. El secreto sacude a Digna, que nunca supo que su difunta hermana tenía otro cuñado.
Damián, cansado de la situación con Andrés, le exige que vuelva a la fábrica. Andrés, atrapado entre su deber y sus sentimientos por María, no sabe qué hacer.
Gabriel y María se conocen en una escena cargada de tensión. Ambos se reconocen como jugadores peligrosos. Mientras tanto, Damián acoge a Gabriel en la casa, sin imaginar el peligro que representa.
Andrés comienza a notar la opresión de María. Un encuentro con Begoña lo hace dudar de todo.

Jueves – La amenaza toma forma
Pelayo y Marta sospechan de Gabriel. Su actitud impecable y perfecta despierta alarmas, y aunque lo comentan en voz baja, Gabriel los escucha desde el otro lado de la pared, inmóvil, consciente de que su plan sigue en pie.
Irene descubre, gracias a Digna, más secretos del pasado. La tensión entre ella y Pedro crece. Irene confiesa a Digna que Pedro le ocultó el paradero de Cristina durante años, una herida profunda.
Gema se convierte en aliada de Joaquín y se acerca a Irene para descubrir la verdad. Andrés intenta retomar su vida laboral, pero una llamada de María lo hace regresar a su lado. Su manipulación es tan sutil como efectiva.
En medio del drama, Begoña y Luz comparten un momento íntimo, apoyándose mutuamente. Mientras tanto, la llegada de un diseñador de perfumes revive la emoción en la colonia… hasta que Damián, furioso, entra sin avisar a la habitación de María.
La amenaza de Damián es clara: si no se aparta de Andrés, la enviará a un sanatorio en Suiza. María, por primera vez, se ve sobrepasada. Ha subestimado a su adversario.
Viernes – El tablero se quiebra
Gabriel, tratando de mediar entre Tacio y Damián, termina empeorando las cosas. Tacio, herido, enfrenta a su tío, reclamándole por avergonzarse de él.
Andrés, enterado de que su padre quiere internar a María, corre a contárselo a Begoña. Su sorpresa es mayúscula cuando ella responde que tal vez sea lo mejor. Para él, esa frase es una traición, pero para Begoña es una muestra de realismo. El abismo entre ambos se hace irreparable.
María escucha la conversación y sonríe. Todo va como ella planeó: Andrés está aislado, solo con ella. Su trampa ha funcionado.
Chema pierde su trabajo y Carmen, en lugar de reprenderlo, lo defiende. En paralelo, Gema sigue investigando, y su charla con Irene deja más dudas que respuestas.
Finalmente, la tormenta estalla. Mientras un apagón cae sobre la casa de los de la Reina, Gabriel se mueve en la sombra. Entra al despacho de Damián y consigue los documentos que buscaba: una carpeta con secretos antiguos, pruebas que podrían destruir a la familia.
En ese instante, bajo los relámpagos, se consagra la jugada final. El enemigo está dentro. El final se acerca… y con él, la destrucción.