🔴 ¡Sueños de Libertad! Andrés empieza a sospechar de todos, y Gabriel no se libra: el capítulo 366 se tiñe de tensión y decisiones arriesgadas
En el avance del capítulo 366 de Sueños de Libertad, la tensión se instala desde los primeros segundos. La casa de la familia Reina, normalmente un refugio de rutina y silencio nocturno, se transforma en un escenario cargado de incertidumbre. Andrés no consigue conciliar el sueño. A su lado, María percibe su inquietud, esa mueca de preocupación que lo acompaña desde hace días. En voz baja, le lanza una pregunta directa, sin rodeos: “¿Es el laboratorio lo que te preocupa? ¿Ahí empezó todo, verdad?”. Andrés no se oculta. “Eso es justo lo que quiero descubrir”, le responde.
María, con su sensibilidad aguda y la intuición siempre encendida, le recuerda un detalle inquietante: la llegada de la nueva ayudante de Luis. Todo comenzó a torcerse desde entonces. Andrés, algo sorprendido, le pregunta de dónde saca esa información. Ella, sin vacilar, le contesta con naturalidad: “Horas en casa sin hacer nada. Escucho más de lo que crees. No soy tonta”. Luego, con una mezcla de ternura y sarcasmo, le dice que quiere ayudarlo. Pero Andrés ya se ha refugiado en su caparazón emocional: “Intentaré no angustiarte más con mis asuntos”.
María, sin embargo, no se queda callada. Le recuerda que, como gestora del patrimonio de Julia, tiene derecho a saber lo que ocurre en la colonia. Andrés intenta minimizarlo todo, asegurando que el futuro de Julia está garantizado, sin importar lo que pase en la empresa. Pero María, con una chispa de ironía, lanza un dardo certero: “Tiene suerte, sobre todo ahora que Gabriel está con Begoña. Tal vez cuente con un buen abogado. ¿Por qué no lo consultas tú para tus inversiones?”. Andrés pierde la paciencia. “Gabriel acaba de llegar, necesita entender los intereses familiares antes de involucrarse”, dice. Pero María, persistente, insiste: “Lo veo muy involucrado, más aún ahora que está con Begoña”. Andrés ya no puede ocultar el enfado y lanza una pregunta hiriente: “¿Por qué sigues hablando de ellos?”. La respuesta de María es un suspiro cargado de resignación: “¿Y tú por qué sigues negando lo evidente?”.
El silencio entre ellos es tan espeso que duele. Finalmente, Andrés se rinde. “Es tarde. Estoy cansado. Intentaré dormir”. Pero no será una noche de descanso. En otro rincón de la casa, Marta también se enfrenta a su propio caos emocional. Los números no cuadran y la oferta del 5% que don Pedro quiere hacer a los perfumistas podría poner en jaque la estabilidad de la empresa. Angustiada, busca la opinión de Pelayo. “Es un error y lo sabes”, le responde él con convicción. Marta sabe que tiene razón, pero teme que su oposición sea malinterpretada. Las heridas entre las familias aún sangran, y cada paso en falso puede ser una nueva grieta. Pelayo se ofrece a mediar, pero incluso él sabe que las emociones pesan más que los argumentos.
Mientras tanto, en un ambiente más íntimo, Luz y Begoña conversan. La pregunta de Luz es simple: “¿Cómo va con Gabriel?”. Pero la respuesta de Begoña revela una tormenta interna. Todo parece ir bien, demasiado bien, y eso le genera miedo. “La vida parece empujarme hacia esto, pero no sé si quiero seguir”, confiesa. Luz, con su habitual serenidad, intenta tranquilizarla: “No vivas según las expectativas de los demás. Si no funciona, al menos lo habrás intentado”. Pero para Begoña, la felicidad es un lujo que siempre le ha sido esquivo, y cada decisión parece estar marcada por influencias externas más que por su propio deseo.
Y mientras cada personaje enfrenta sus conflictos internos, Andrés toma una decisión arriesgada. El veneno de la desconfianza ya se ha instalado en su mente. Está convencido de que Gabriel es el traidor, el responsable de lo que está ocurriendo en la empresa. Aunque Marta intenta frenarlo, él no está dispuesto a escuchar. “Voy a entrar en su habitación”, le confiesa con una frialdad inquietante. “Lo haré para demostrar que no me equivoco”.
El capítulo se desarrolla en un ambiente cargado de sospechas, medias verdades y decisiones que podrían cambiarlo todo. Cada diálogo, cada gesto y cada silencio pesa como una sentencia. Las relaciones personales se tensan al máximo y las lealtades empiezan a tambalearse. Andrés está dispuesto a llegar hasta el final para encontrar la verdad, incluso si eso implica invadir la privacidad de su propio primo.
El choque de fuerzas es inminente. Mientras unos luchan por mantenerse firmes, otros maniobran entre la manipulación y la estrategia. Y si algo queda claro en este avance, es que las sombras no solo habitan en los pasillos de la fábrica o en los secretos familiares, sino también en los corazones de quienes, atrapados en el miedo y la presión, están a punto de cruzar límites que tal vez no puedan desandar.
El capítulo 366 promete ser un torbellino emocional. Las verdades saldrán a la luz… pero quizá, como en todo buen drama, lo harán al precio de nuevas heridas. Porque en Sueños de Libertad, el precio de descubrir la verdad puede ser tan alto como el de seguir viviendo en la mentira.