⚠️ Spoiler: “hola amigos, bienvenidos a un adelanto especial de Sueños de Libertad” ⚠️
Este episodio está cargado de giros sorprendentes, revelaciones intensas y alianzas inesperadas que lo cambian todo. En la casa de los Merino, Gema organiza una cena familiar con la intención de calmar las tensiones entre Joaquín y don Pedro. Pero lo que comienza como una comida aparentemente cordial pronto se convierte en un enfrentamiento directo y explosivo.
Durante la cena, todos elogian la comida preparada por Gema. Don Pedro aprovecha para brindar por los logros de Luis en la empresa, lo que detona un intercambio sobre la futura expansión internacional. Cuando don Pedro invita a Joaquín a opinar, queda en evidencia que algo está mal. Joaquín, visiblemente molesto, se niega a seguir fingiendo. Cuestiona la insistencia de don Pedro en que él vuelva como director de la empresa, sugiriendo que sus palabras son poco sinceras y manipuladoras. La tensión aumenta hasta que Joaquín, colérico, lo acusa de haber saboteado su reputación, de drogarlo, y de manipular todo para tomar control de la empresa. Y va aún más lejos: lo señala como el responsable de la muerte de su primo Jesús. La acusación impacta a todos. Digna, incapaz de soportarlo, le da una bofetada a su hijo, quien se retira furioso.
Paralelamente, en casa de los De la Reina, Gabriel tiene una conversación reveladora con María. Ella lo enfrenta, molesta por su actitud, y le exige que le diga quién es realmente. Gabriel se presenta como el miembro olvidado de la familia y afirma que no está aquí por casualidad. Le dice que sabe de su relación con Jesús y que también se alió con él antes de su muerte. Su objetivo: destruir a su tío Damián. Pero va más allá: le advierte que tiene pruebas de un crimen del pasado. Posee una confesión escrita de Jesús, donde se detalla que María mató a Víctor Zárate, y que Jesús la ayudó a encubrir el crimen, inculpando a su esposo Andrés. María queda en shock, consciente de que está atrapada. Gabriel le deja claro que no busca destruirla, pero sí forzarla a colaborar. Justo en ese momento, Andrés aparece y se la lleva, sin saber lo que acaba de ocurrir.
De regreso en casa de los Merino, Digna, abrumada por lo ocurrido, sube a hablar con Joaquín. Él insiste en su deseo de destapar la verdad, convencido de que don Pedro es un asesino. Digna, entre lágrimas, le hace una confesión devastadora: Pedro no tuvo nada que ver con la muerte de Jesús… fue ella quien, indirectamente, lo causó. Aunque no disparó el arma, se responsabiliza de lo ocurrido. Joaquín, desconcertado y roto por dentro, no puede creerlo. Toda su cruzada contra don Pedro se tambalea en ese instante.
La escena final vuelve con Gabriel y María. Él le reitera que entiende por qué ella buscó protección en don Pedro, pero le insiste en que ambos tienen un enemigo en común: Damián. María lo amenaza con contar todo, pero Gabriel le recuerda que, si lo hace, también caerá ella. Tiene pruebas que la incriminan y le asegura que, esta vez, está diciendo la verdad.
El episodio termina con todas las cartas sobre la mesa: traiciones familiares, culpas enterradas y alianzas inesperadas que prometen sacudir los cimientos de todas las relaciones en juego.