⚠️ Spoiler con el título: “Ramulón, ¿tú estás seguro de querer marcharme?”
Rómulo se dispone a marcharse discretamente de La Promesa, evitando cualquier despedida formal. Emilia intenta convencerlo de esperar a que todos se despierten para poder despedirse como se merece, pero él, sabiendo que eso podría hacerlo dudar de su partida, prefiere dejarlo todo como está. Considera que la fiesta de la noche anterior sirvió como despedida suficiente.
Ambos reflexionan sobre el futuro: aunque incierto, están seguros de una cosa, quieren vivirlo juntos. Con esa determinación, se disponen a irse, pero antes de lograrlo, sus compañeros los descubren. No piensan permitir que Rómulo se vaya sin una última palabra. En medio de bromas y risas, incluso con resacas de por medio y mezclas extrañas de bebidas como anisete con TikTok, todos expresan su cariño de forma genuina.
Uno a uno, le dedican palabras de afecto, incluso aquellos con quienes tuvo diferencias, como el señor Arcos, quien reconoce el respeto profesional que siempre le ha tenido. Rómulo, agradecido y algo abrumado, solo acierta a decir una palabra cargada de significado: gracias. Luego, se despide personalmente de todos, nombrándolos uno a uno, en un gesto emotivo y sincero. Aunque se va, promete que no estarán tan lejos y que quienes deseen visitarlos, serán bienvenidos.
Cuando parece que todo ha terminado, aparece la señora en el último momento. No ha bajado a decirle adiós, sino a cumplir con algo pendiente. A pesar de que Rómulo no disfruta los reconocimientos públicos, esta vez no tiene escapatoria. Lo lleva ante todos para rendirle un homenaje. Ella toma la palabra, y en un discurso breve pero muy sentido, le agradece los años de lealtad, de servicio y, sobre todo, de amistad incondicional.
Reconoce que Rómulo ha sido mucho más que un mayordomo: fue su apoyo constante, el único que permaneció a su lado en los momentos más duros, quien la escuchó, aconsejó y perdonó sin pedir nada a cambio. Le cuesta imaginar su vida sin él y no esconde su emoción al decir que lo echará muchísimo de menos.
Con aplausos, emoción contenida y música de fondo, Rómulo se despide finalmente, agradeciendo a todos y al cielo por haber formado parte de una familia tan especial como la de La Promesa. Se marcha con el alma llena, dejando atrás una huella imborrable en los corazones de quienes lo rodearon.