Y en los próximos capítulos de la serie La promesa, la vida de Curro dará un giro inesperado y lleno de emociones. Tras meses de verse obligado a desempeñar el papel de La Cayo, cargando con humillaciones y tareas ingratas, el joven finalmente vivirá un cambio que lo devolverá a su verdadera esencia noble. Todo comenzará cuando, tras una conversación reveladora con su padre, se percate de un detalle que cambiará su destino y lo hará recuperar su dignidad. La relación con Ángela, que ya venía marcada por tensiones y desencuentros, también sufrirá un quiebre. Después de una discusión intensa y cargada de emociones, ambos decidirán poner fin a su breve romance, dejando a Curro sumido en un resentimiento que lo llevará a contemplar abandonar el palacio de manera definitiva.
Justo cuando el joven esté listo para marcharse, Ángela aparecerá inesperadamente junto a Alonso, quien lo ha convocado para hablar. Este encuentro se convertirá en el catalizador que propicie la transformación de Curro: ya no será solo un lacayo, sino un noble con derechos y reconocimiento, y además planea vengarse de Leocadia, asegurándose de que enfrente la justicia al igual que Lorenzo. La escena comienza con la noche cayendo lentamente sobre la promesa; el jardín del palacio se envuelve en un silencio pacífico, solo interrumpido por el canto distante de los grillos y la luz suave que se filtra desde el interior, iluminando las alamedas y las sombras alargadas de los árboles.

Curro, agotado tras otra jornada de trabajo, se sienta en un banco de madera, tratando de recuperar el aliento mientras el aire fresco alivia la presión sobre sus hombros. Poco después, Ángela desciende los escalones del jardín, envuelta en un vestido claro que refleja la luz de la luna, acercándose con pasos firmes y decididos. Frente a él, le dirá que necesita hablar sobre algo importante: sobre él, sobre lo que es y lo que debería ser. Ángela le recuerda que, aunque sea hijo de una criada, en sus venas corre sangre noble. Curro responde con una mezcla de cansancio y desilusión, argumentando que la nobleza no se hereda automáticamente, que la casa real no lo reconoce y que su padre no lo respalda. Solo siente que su destino está sellado como lacayo. Ángela, sin embargo, lo insta a luchar, a no aceptar su situación como definitiva, pero Curro revela su frustración: el peso de las humillaciones, la investigación sobre lo que ocurrió con su hermana y la sensación de estar cada vez más lejos de la verdad lo agobian, y piensa que quizá la única salida sea marcharse.
La propuesta de huir juntos toma a Ángela por sorpresa. Curro sugiere que podrían comprarse una casa en el campo y casarse allí, lejos de todo. Ángela duda, alegando que su madre nunca permitiría algo así, pero también deja claro que lo que desea es que él luche por su lugar como noble. Entre ambos se genera un conflicto cargado de emociones: Curro siente que solo será valorado si obtiene un título, mientras Ángela insiste en que lo ama por lo que es, pero no puede permitir que él se rinda. El desencuentro culmina con Curro alejándose, decidido a marcharse, y Ángela queda sola, con los ojos llenos de lágrimas, comprendiendo que la distancia entre ellos se ha vuelto insalvable, aunque los sentimientos persistan.
Mientras Curro prepara sus maletas, decidido a abandonar el palacio, su amigo López observa preocupado, sin comprender del todo la intensidad de su decisión. Curro, abatido y amargado, confiesa sentirse atrapado, humillado y sin esperanzas de ser reconocido. López intenta persuadirlo, recordándole que hay personas que creen en él y que no puede rendirse, pero Curro se mantiene firme. La situación se complica cuando Ángela, enterada por López, decide actuar: no permitirá que Curro se vaya sin intentar cambiar su destino. A la mañana siguiente, con la luz del amanecer iluminando los pasillos de la promesa, Ángela se dirige rápidamente al despacho del marqués Alonso, expresando con firmeza que Curro no puede seguir siendo solo un lacayo y que debe recuperar su posición noble.
Alonso, conmovido y sorprendido, reconoce que su hijo merece justicia y que debe actuar para que Curro sea reconocido oficialmente. Ángela sugiere enviar una carta a la casa real, detallando cómo Curro fue crucial en la investigación de Lorenzo, arriesgando su vida y actuando con valentía, para que su mérito sea reconocido y su posición noble restaurada. Con precisión y firmeza, Alonso firma la carta y se asegura de enviarla sin demora. Horas después, la respuesta llega: la casa real reconoce a Curro como noble, devolviéndole lo que le corresponde.

Curro, al borde de la puerta del palacio con las maletas listas, se detiene al escuchar la voz de Ángela rompiendo el silencio, anunciándole que todo ha cambiado. Alonso confirma la noticia, y Curro finalmente comprende que su valor ha sido reconocido. Con un renovado brillo en los ojos, levanta la cabeza, decidido a demostrar su verdadera fuerza y nobleza, mientras Ángela lo acompaña con apoyo y cariño. La escena es de reconciliación y esperanza: la justicia y el reconocimiento llegan justo a tiempo, evitando que Curro abandone el lugar que le pertenece por derecho.
Mientras la promesa celebra el regreso del equilibrio, el drama no termina. Cristóbal, enfurecido, planea castigar a todo el servicio, lo que provoca indignación y la posibilidad de una huelga liderada por López. Sin embargo, la llegada de Rómulo cambiará el panorama: su retorno, elegante y seguro, sorprende a todos los presentes, desenmascarando a Cristóbal y reafirmando la justicia dentro del palacio. Rómulo revela la verdad sobre Cristóbal: no es un simple mayordomo, sino un sicario con un pasado oscuro y vinculado a la familia de Ángela. La tensión alcanza su punto máximo cuando Alonso, acompañado de Rómulo, enfrenta a Leocadia y Cristóbal con la verdad, dejando al descubierto secretos que alterarán para siempre las dinámicas del palacio y las relaciones de poder dentro de la promesa.
Así, los próximos capítulos de La promesa prometen giros inesperados, justicia restaurada y emociones a flor de piel: Curro recupera su nobleza, Rómulo regresa con fuerza y secretos salen a la luz, mientras los habitantes del palacio se preparan para afrontar las consecuencias de estas revelaciones. El suspenso, la intriga y los dramas familiares continúan atrapando a todos, dejando a los espectadores a la expectativa de lo que sucederá a continuación en la apasionante historia de La promesa.