🛑 Spoiler — Hola, hoy hablaremos de Amor a Cualquier Precio 🛑

El episodio comienza con la llegada de Seiram a la mansión Corhan. Acompañada de Ferit, su regreso marca un momento delicado. Los empleados, al verla, le desean una pronta recuperación, pero ella no responde. En silencio, sube directamente a su habitación. Al entrar, observa el lugar que una vez fue su refugio y susurra con tristeza: “Pensé que nunca volvería a entrar aquí.” Las lágrimas brotan sin control y se desploma en una silla, deshecha por dentro.

Ferit se arrodilla frente a ella, tomándole las manos con ternura. Seiram le pregunta: “¿Se acabó, verdad?” Ferit responde con calma: “Sí, mi amor, todo terminó. Estamos en nuestra habitación, y si tú quieres, no volveremos a salir de aquí. Solo quiero que estés bien. ¿Quieres hablar?” Pero Seiram no quiere hablar. Solo desea dormir. Se recuestan juntos. Ferit la abraza, acariciándole el cabello mientras ella cierra los ojos. Él, sin embargo, permanece despierto, con el rostro lleno de preocupación.

En sus sueños, Seiram revive el trauma con Maside. Recuerda sus palabras: “Te haré sentir el mismo dolor que yo sentí. Llevarás esta carga toda tu vida.” Seiram, aterrada, se defiende: “¡Pero yo soy inocente!” A lo que Maside responde con frialdad: “Yo también lo era. Desde ese día, el sol nunca volvió a tocar mi piel.” Luego, los hombres de Maside la sujetan. Ella grita: “¿Qué harás?!” Maside muestra un frasco: “Es ácido. No te preocupes, no tocaré tu rostro. Solo haré justicia: ojo por ojo.”

La escena es brutal. Le cortan la blusa, le descubren la espalda y vierten el ácido. Seiram grita de dolor… y se despierta, gritando: “¡Corre!” Ferit se acerca rápidamente, tratando de calmarla. Ella llora, aterrada: “¡Escuché su risa! ¡Está aquí!” Ferit intenta consolarla: “Fue solo una pesadilla, ya no te pasará nada.” Pero al abrazarla, Seiram grita de dolor. Él retrocede de inmediato, pidiéndole perdón. Ella se aleja: “No me toques. Estoy bien.” Ferit insiste: “¿Estás segura? Déjame ver.” Pero Seiram, gritando, se niega.

Ferit se sienta a su lado, devastado. Se arrodilla y le dice, con los ojos llenos de lágrimas: “No sé cómo estar contigo… no sé qué hacer. No puedo tocarte, no puedo abrazarte… ni siquiera hablar.” Seiram solo llora. Él suplica: “Dime algo, por favor… cualquier cosa.” Finalmente, Seiram pregunta: “¿Mi madre está aquí?” Ferit responde que no lo sabe, pero irá a buscarla. Ella lo abraza, en un gesto breve pero cargado de dolor.

En paralelo, Suna abandona la mansión Corhan decidida a enfrentarse a Pelín. Le pide a Abidim que la lleve a su casa. Él intenta disuadirla: “No es el momento. Aquí han pasado cosas graves.” Pero Suna está firme: “Esa mujer intenta regresar a esta casa. No lo permitiré.” Abidim accede y organiza que alguien más la lleve. Luego, se encuentra con Ferit, quien observa el mar con expresión sombría. Abidim le informa: “Ya instalé al ‘nuevo’ en una habitación.” También menciona que no hay señales de Akim ni de su madre: “Desaparecieron como si fueran magos.”

Ferit responde con amargura: “No son magos. Solo más astutos que nosotros.” Ambos coinciden en que podrían reaparecer en cualquier momento. Ferit ordena reforzar la seguridad: “Tenemos una entrada sin vigilancia frente al mar. Consigue un yate y patrulla esa zona.” Cuando Abidim pregunta si debe informar a los demás sobre la posible supervivencia de Akim y su madre, Ferit se niega: “No. Si Seiram lo sabe, puede desestabilizarse. Mi prioridad es que se sienta segura y vuelva a ser quien era.”

La historia da un giro hacia Jalis, quien se encuentra en un restaurante reuniéndose con Ifakat. Él la confronta: “Solo vine porque amenazaste a Latif. ¿Creíste que no me lo diría?” Ifakat le pide perdón, afirmando que fue víctima de una trampa, que ni ella ni Chemus hicieron nada. Pero Jalis no le cree. Le ha cerrado las puertas de su vida.

Entonces, Ifakat revela una supuesta conspiración de Orhan y Nuket, quienes —según ella— buscan quitarle el poder a Jalis. Ella dice que, como se negó a ayudarlos, la expulsaron de la mansión y orquestaron todo. Él sigue dudando. Ella le lanza un consejo: “Revisa las cuentas extranjeras de Orhan. Mira quién envía el dinero.” Antes de marcharse, le deja una última advertencia: “Yo era la única que estaba de tu lado. Piensa bien a quién proteges.” Jalis queda pensativo.

Sin embargo, se revela que Ifakat también era parte del plan para manipular y quitar poder a Jalis. Al sentirse traicionada por Orhan, decide delatarlo.

Volviendo a Suna, ella irrumpe en la casa de Pelín. Esta intenta echarla, amenazando con llamar a la policía, pero Suna le responde desafiante: “¡Hazlo!” En ese momento aparece Chemus y pregunta qué ocurre. Suna le responde: “¿De verdad no lo sabes? Esta casa no está a nombre de tu sobrina, sino del mío. Revisa el contrato.”

Chemus, confundido, confronta a Pelín, quien no dice nada. Entonces Suna lanza una bomba: “Tu sobrina paga este alquiler ejerciendo la profesión más antigua del mundo.” Chemus y Pelín quedan atónitos. Suna exige que se marche de inmediato y, antes de irse, le lanza a Chemus: “Debería darte vergüenza respirar el mismo aire que esa mujer.”

Finalmente, el capítulo concluye con Doruk, el entrenador personal de Asuman. Lo vemos llegar golpeado a su casa. Su amigo le sugiere denunciar a quienes lo atacaron: Ferit, Abidim y Kassim. Pero Doruk se niega: “Tienen demasiado poder, conseguirán testigos falsos y saldrán impunes.” Sin embargo, tiene un plan: “Hay una forma, pero es personal. Vamos a subir un video a internet, pero tapa mi rostro.”

El amigo acepta. Y cuando le pregunta de quién es el video, Doruk responde con gravedad: “De Asuman Corhan.”