Ferit ha esperado en el aeropuerto con el alma en vilo. Pero Seyran no ha aparecido. En su lugar, un desconocido le ha entregado una carta escrita por ella, despidiéndose de él y de su gran historia de amor.

Seyran ha decidido irse de Estambul con su tía Hattuc a Antep, alejándose de Ferit. Pero lo peor estaba por venir: Orhan ha llegado al aeropuerto. En ese instante, Ferit lo ha comprendido todo: su propio padre ha convencido a Seyran para que lo dejara. Él ha deshecho el único plan que le daba sentido a su vida.

Por su parte, Orhan ha intentado calmarlo, pero ya es tarde. “No puedo vivir sin ella”, le ha explicado Ferit, roto por dentro. Y entonces, se ha enfadado sin entender por qué no puede apoyarlo: “¡Te odio! ¡Os odio a todos!”.

Ha perdido a su hermano y, ahora, a Seyran. Y siente que lo ha perdido todo. Pero antes de marcharse, ha hecho una promesa: buscará a Seyran. Esté donde esté. “Nunca podréis separarnos”.