Título: “¡PUÑOS Y VERDADES! Lorenzo ataca a Curro… y Alonso reacciona” || CRÓNICAS de #LaPromesa #series
Prepárate porque esta semana en La Promesa las emociones se desbordan como nunca antes. Lo que parecía ser una entrega más del drama cotidiano se transforma en un torbellino de secretos, traiciones, amores inesperados y hasta apariciones fantasmas. Desde un simple retrato que sacude los cimientos del palacio hasta la llegada de un coronel que amenaza con desmontar todo el poder corrupto de Lorenzo, los Luján y sus sirvientes vivirán días decisivos que dejarán huella.
Todo comienza con un cuadro. Sí, un retrato aparentemente inocente, enviado desde prisión, que resulta tener un poder perturbador. Es la imagen hiperrealista de Doña Cruz la que llega al palacio este lunes y enciende todas las alarmas emocionales. Martina se desmaya al verlo, Candela siente que ese cuadro trae consigo una maldición, Ángela no puede evitar el escalofrío del mal augurio y Manuel se ve hundido otra vez en la pena por la pérdida de su madre. El marqués, harto de la tensión, ordena que nadie lo toque. Pero ya es tarde: la presencia de Doña Cruz ha regresado al corazón del palacio, y no piensa marcharse hasta que el retrato sea destruido, lo que ocurrirá a mitad de semana. El problema, sin embargo, no termina ahí: ¿quién lo rompió? ¿Y con qué intención?
Mientras los ecos del pasado revuelven a los de arriba, en las cocinas y pasillos del servicio la situación es igualmente tensa. El nuevo mayordomo, Cristóbal Vallesteros, se ha convertido en un pequeño dictador que impone nuevas normas, reestructura los horarios de las comidas e incluso prohíbe mencionar a Rómulo Baeza. Lope, degradado a ayudante de cocina, sobrevive como puede entre humillaciones y desprecios. Petra intenta mediar, pero el ambiente está que arde. Nadie sabe ya quién manda realmente en La Promesa ni a qué responden tantos cambios. ¿Acaso Vallesteros tiene un plan oculto o simplemente disfruta del poder?
En el frente de los negocios, la traición hace acto de presencia. Manuel, intentando superar la tristeza que le provoca el retrato de su madre, decide concentrarse en su proyecto empresarial. Pero recibe un golpe bajo: Leocadia, que parecía ser su aliada, le ha ocultado información crucial sobre una llamada que podría hacerle ganar mucho dinero. Cuando lo descubre, Manuel cancela la firma del contrato y la enfrenta directamente. Leocadia, ambiciosa, quiere hacerse con toda la empresa ofreciendo dinero extra, pero el heredero ya no se fía. ¿La desenmascarará frente a todos o lo mantendrá en secreto?
Y si los negocios están tensos, el amor no se queda atrás. Enora y Toño comienzan a acercarse, aunque las dudas ensombrecen su conexión. Catalina y Adriano siguen sin rumbo y ni siquiera Simona puede aliviar la pena de la joven. Martina, mezcla de orgullo y desesperación, vuelve a recurrir a Ángela para intentar encontrar un lugar estable dentro del palacio. Pero la historia más conmovedora es la de María Fernández y Samuel. Ella cree que su historia ha terminado, que él la ha abandonado para siempre. Sin embargo, al final de la semana, Samuel regresa. Su llegada, sin embargo, plantea más preguntas que respuestas: ¿vuelve como sacerdote o ha abandonado esa vocación? ¿Qué motivó realmente su partida? Este reencuentro promete ser uno de los momentos más emotivos de la semana.
Y si creías que eso era todo, espera porque llega la bomba: la entrada en escena del coronel Fuentes. Este personaje aparece para quedarse por una temporada y su presencia no es casual. Curro, decidido a acabar con Lorenzo de la Mata, ha movido ficha y ha involucrado nada menos que al ejército español. Lorenzo, alias “el capitán garrapata”, no puede disimular su incomodidad ante el nuevo invitado, sabiendo que cada paso en falso puede ser el último. El cerco se cierra, los ojos se multiplican y los secretos comienzan a salir a la luz. El coronel no ha venido de visita: ha venido a impartir justicia. Y con él, se marca el principio del fin para Lorenzo de la Mata.
Entre estos frentes abiertos, el palacio se convierte en un campo de batalla emocional. Cuadros malditos, traiciones calculadas, amores que reviven cuando ya se creían enterrados, y enemigos que se hacen pasar por aliados… Nadie está a salvo. Esta semana en La Promesa no hay espacio para el respiro ni para la indiferencia. El drama sube de nivel y todo indica que los próximos días serán clave para redefinir alianzas, derribar máscaras y enfrentarse a verdades que duelen.
Y por si fuera poco, las tensiones familiares se agudizan. Alonso Luján, patriarca que había intentado mantenerse al margen, se ve obligado a intervenir. Cuando Lorenzo, desbordado por los nervios y sintiendo el poder escaparse entre los dedos, ataca físicamente a Curro, es Alonso quien reacciona con una determinación que no se le veía desde hace tiempo. La violencia alcanza un punto crítico y los espectadores serán testigos de un enfrentamiento que llevaba semanas gestándose. Ya no hay vuelta atrás: los Luján están divididos y cada uno deberá escoger de qué lado está.
En conclusión, La Promesa se prepara para una semana explosiva. No se trata solo de conflictos entre nobles o rebeldías del servicio, sino de una tormenta perfecta en la que pasado y presente colisionan con fuerza. Desde la energía oscura de un retrato hasta la luz de una segunda oportunidad amorosa, todo está al borde del colapso. Y tú, espectador fiel, no puedes perdértelo.
Así que ya sabes: cada mañana en el canal uno, y cada tarde en el canal dos, tendrás tu dosis de emoción, análisis y primicias. Porque si hay alguien que no te falla, ese es Gustav, tu compañero de pasiones televisivas. Mantente cerca, porque esto apenas comienza.