⚠️ SPOILER: YALI ÇAPKINI (Golden Boy) FINAL CAPÍTULO 101 | Mi Reseña
El capítulo final de Yalı Çapkını nos lleva a través de un cierre nostálgico, emotivo y algo contradictorio, que mezcla pasado y presente para dar un adiós definitivo a esta historia que ha generado tanto amor como debate entre sus seguidores. El episodio comienza con Férit luchando por su vida, encerrado en una cámara fría por Tarik. Mientras su cuerpo se va congelando, recuerda con emoción a Seyrán y a su hija Duru, como si fuesen sus últimos pensamientos.
Paralelamente, Seyrán intenta consolar a su hija en casa, contándole la historia de su nacimiento. A través de flashbacks, vemos cómo Seyrán se negaba a dar a luz sin que Férit estuviera presente, a pesar de estar en trabajo de parto. Finalmente, Duru nace en la mansión, rodeada de las mujeres de la familia, mientras Férit brillaba por su ausencia, lo que algunos fans han atribuido a la salida del actor Mert Ramazan Demir de la producción.
De regreso al presente, gracias a los débiles golpes de Férit en la puerta, Seyrán logra encontrarlo y salvarlo. En un momento cargado de emoción, él le recuerda la promesa de envejecer juntos. Ya en casa, se les ve compartiendo una escena tierna en la cama con su hija, aunque como en muchos momentos de la serie, cualquier posible beso o cercanía romántica es interrumpida.
A medida que avanza el episodio, se nos presenta a Tesko, un niño adoptado por la familia, quien sufre una crisis de identidad al no conocer la historia familiar. Para ayudarlo, Seyrán le propone grabar a cada miembro de la familia contando su pasado, lo que da pie a una larga sección de recuerdos contados por Jatice, Esme, Kazim, Abidin, Suna, Gulgun, Orjan, Ifakat y la misma Seyrán. Cada uno aporta anécdotas que reflejan tanto momentos de dolor como de unión, incluyendo las veces que intentaron separar a Seyrán y Férit, y el secuestro de Jatice para casarla con Jalis.
A través de estos testimonios, el episodio rinde homenaje a los personajes secundarios y a la evolución emocional de la familia Korjan. Entre lágrimas, humor y recuerdos, se arma un gran árbol genealógico que Tesko presenta con orgullo a Jalis cuando finalmente llega de Suiza tras una operación de emergencia. La escena del reencuentro entre Jalis y sus bisnietos es especialmente conmovedora.
Aunque Férit había prometido volver, no se lo vuelve a ver en la última parte del episodio, sugiriendo que tal vez el personaje se ha ido (en concordancia con la salida del actor). Sin embargo, se mantiene su presencia simbólica cuando Duru menciona que él y Seyrán traerán personalmente una colección al nuevo museo de arte que lleva el nombre de Jalis Korjan. A modo de cierre, vemos cómo Duru, ya adulta, recuerda con cariño a cada miembro de la familia mientras camina por la mansión.
El mensaje final del abuelo Jalis resuena con fuerza: todas las cosas y personas tienen una historia, y mientras ese techo exista, esas historias permanecerán vivas. Con una mezcla de emoción, melancolía y gratitud, Yalı Çapkını se despide dejando una huella en su audiencia. Aunque con fallos narrativos y decisiones discutidas, el capítulo entrega un final feliz y lleno de memoria —como bien lo resume la palabra turca que se enseña en el video: “jafizá”, que significa recuerdo.